La pesca furtiva de bandas del este pone en jaque actividades económicas en torno al río Ebro

Sociedades de pesca y empresarios celebran que se ponga en marcha el coto de pesca de Mequinenza, pero piensan que quizá sea “demasiado tarde”.

2.000 kilos de carpas en una furgoneta. En julio, la Guardia Civil interceptó en Sástago una furgoneta que transportaba 2.000 kilos de carpas y luciopercas y 1.500 metros de redes.
La pesca furtiva de bandas del este pone en jaque actividades económicas en torno al río Ebro
Guardia Civil

El pasado 9 de diciembre la Guardia Civil detenía a seis personas que transportaban más de dos toneladas de pescado obtenido ilegalmente en el embalse de Mequinenza con destino a Alcañiz, donde en una vivienda procedían al tratamiento de este pescado para exportarlo posteriormente a países del este de Europa para su venta. Esta operación suponía el sexto golpe importante que la benemérita asestaba en tan solo seis meses a estas organizaciones de pescadores furtivos. Sin embargo, apenas unas semanas más tarde, ya en enero, un grupo de pescadores habituales de Caspe volvía a sacar del Ebro otro buen número de redes, de unos 400 metros en total, que presumiblemente tenían el mismo fin.


“Las cotas de pesca furtiva a gran escala no han dejado de subir en los últimos meses. La Guardia Civil hace lo que puede, pero nos sentimos impotentes porque los delitos que se les imputan les permiten volver a ponerse manos a la obra prácticamente en unos días. Lo hacen con alevosía porque las sanciones les salen a cuenta comparando con lo rentable que les resulta el 'negocio'”, explica Luisa Serra, presidenta de la Sociedad Deportiva de Pesca de Caspe, municipio que en la última década ha hecho de la pesca un importante complemento de su actividad económica.


En la otra punta del embalse, cruzando los más de 100 kilómetros que recorre el Ebro antes de la presa, en Mequinenza las consecuencias de la pesca furtiva también se dejan notar. “Mequinenza se ha convertido en un punto de referencia en Europa para la pesca, viene gente de Inglaterra, Alemania y Austria exclusivamente para pescar. Pero, obviamente, las empresas que trabajamos en el pueblo no podemos llevar a los turistas a algunas zonas del embalse donde la pesca de furtivos y de mucha gente irresponsable que no respeta el entorno está dejando aquello en un estado vergonzoso”, señala Markus Stegherr, uno de los pioneros en la zona a la hora de implantar el turismo de pesca deportiva allá por comienzos de los 90.


Los datos sobre la cantidad de pescado ilegal que pueden sacar estas bandas, compuestas por personas del este de Europa, hablan por sí mismos. Solo desde el pasado mes de julio, cuando la Guardia Civil realizó la primera gran operación contra estas bandas, se han incautado casi 10 toneladas de pescado sacado de Mequinenza que iba a poner rumbo a los países del este. A ello hay que sumar otra cantidad incalculable de pequeños furtivos que cada día pescan en el embalse, aunque no a tan gran escala, a lo que además se añaden “todas las ocasiones en las que hemos roto redes con grandes cantidades de peces que soltamos antes de que llegaran a recogerlas los furtivos”, según señala el Teniente del Seprona Javier Rodrigo.


Para hacerse una idea, durante el último campeonato de España de 'carpfishing' celebrado en Caspe el verano pasado, los 88 pescadores federados más avezados del país solo consiguieron pescar poco más de una tonelada -que después fue devuelta al río- durante tres días seguidos de competición sin parones. Esto es, pescando tanto de día como de noche.


“Extienden las redes por la tarde o por la noche y las recogen cuando están llenas. Es una actividad muy rentable porque creemos que en los países del este de Europa se está vendiendo el pescado de Mequinenza, especialmente la carpa, como si fuera del Danubio, lo que allí es muy cotizado”, explica el Teniente Rodrigo, quien señala que la colaboración de los pescadores en esta labor está siendo fundamental para poner coto a un negocio ilegal que por la extensión y la complejidad del embalse es muy difícil de seguir.


Hasta la fecha, la Guardia Civil ha detenido o imputado a 13 personas por estos delitos, todo ellos ciudadanos del este de Europa que la benemérita estima que funcionan dentro de un entramado de mayor amplitud y que sigue activo, además de un ciudadano chino propietario de un restaurante asiático en Barcelona, que estaba sirviendo pescado obtenido ilegalmente en Mequinenza sin ningún tipo de seguridad alimentaria en colaboración con esta banda.Más de 20.000 personas llegan cada año al embalse solo para pescar


Según los datos de la DGA, unos 20.000 pescadores -tanto nacionales como extranjeros- llegan al llamado 'Mar de Aragón' cada año. Medir su impacto económico en las comarcas y municipios que rodean el pantano es complicado tanto para las instituciones como para los empresarios, en especial porque buena parte de estas actividades no están reguladas o cuantificadas. Sin embargo, en el municipio de Mequinenza, donde más se ha profesionalizado la pesca deportiva como atractivo turístico, las empresas de la zona cuantifican en unos 3.500 el número de pescadores extranjeros que cada temporada acuden a los servicios de guía y acompañamiento que realizan cada una de las empresas del pueblo. Según sus estimaciones, cada pescador europeo que llega a aguas del Ebro en verano emplea de media unos 500 euros por semana en pernoctar y usar los servicios de la zona. Es decir, cada verano, en poco más de cuatro meses, el turismo de pesca mueve casi 2 millones de euros en un municipio que apenas supera los 2.400 habitantes.


“A mí personalmente me resulta ilógico que las instituciones no hagan por proteger y fomentar un atractivo como el que ofrece el río en esta zona”, explica Markus Stegherr, que señala que al igual que Mequinenza se dio a conocer en toda Europa como un 'paraíso de la pesca', ahora, las noticias de los furtivos y el abandono de algunas zonas también ha llegado a los foros y los medios especializados extranjeros. “Aquí han venido a hacer reportajes sobre pesca Discovery Channel, televisiones alemanas y, sin embargo, parece que no se quiere aprovechar como actividad económica”, explica el alemán.


“Si viene gente de otras provincias de España y del extranjero bajo el reclamo exclusivo de la pesca, y resulta que cada vez hay menos peces y que el entorno cada vez está más deteriorado, lo lógico es que al final no vuelvan. Es como ir a la playa y encontrarla sucia. Cambiarás de playa, es lógico”, valora también José Vicente Sancho, presidente de la Asociación de Empresarios de Caspe, quien espera que la puesta en marcha del coto de pesca que plantea instaurar el Gobierno de Aragón a partir de primavera comience a enderezar las cosas para que se asegure, “cuanto menos”, más vigilancia en la zona ante los malos hábitos de pescadores ilegales y la actividad de los furtivos.


De la misma opinión es la presidenta de los pescadores de Caspe. Serra señala que durante el último campeonato de España, la asociación tuvo que limpiar las orillas y sacar “hasta un camión de basura de algunas zonas en las que habían acampado pescadores furtivos”. “Hay legislación, y la gran mayoría de los pescadores cumplen con las normativas de captura y suelta de muchas especies y respetan el entorno, pero los cientos de furtivos que llegan cada fin de semana actúan como quieren porque saben que es muy difícil que les pillen. Se debería dotar de más medios al Seprona o aprovechar el dinero que se recaude en el futuro coto para poner vigilancia privada, pero una vigilancia que funcione de verdad”, demanda Serra.


El deterioro y la basura acumulada en algunas zonas del pantano es tal que en su opinión el nuevo coto de pesca “llega demasiado tarde”. “Es una muy buena iniciativa, a la gente que disfruta de las pesca no le va a importar pagar si tiene que hacerlo, pero el problema es que llevamos pidiendo que se ponga en marcha desde hace más de cinco años”, explican desde la Asociación de Pesca Deportiva de Caspe. De hecho, según señalan, más allá del perjuicio económico el daño medioambiental en la propia fauna del río ya es palpable. El número de capturas realizadas durante los últimos campeonatos de España celebrados en la zona ha ido reduciéndose a un ritmo del 50% cada año, lo que está poniendo en duda la celebración del próximo campeonato del mundo de 'carpfishing', que está previsto también que tenga lugar en el embalse. Para los pescadores habituales de la zona la explicación de este descenso en el número de capturas es clara. “Teniendo en cuenta que el ciclo de vida y la puesta de huevos de los peces sigue siendo igual que en otras épocas, solo se puede achacar la falta de peces a la actividad de los furtivos y de las bandas organizadas que en los últimos años han esquilmado el río”, señalan.