Mirar el móvil en el momento en el que llega un nuevo mensaje de Whatsapp es una costumbre que se ha generalizado en el último año. “Hace dos años el uso de smatphones, que son aquellos teléfonos móviles que permiten la conexión a internet, no se encontraba generalizado porque sus precios eran demasiado elevados”, aseguran desde el Observatorio Aragonés de la Sociedad de la Información (OASI). Sin embargo, con la aparición de nuevos terminales de bajo coste como pueden ser los de la compañía española BQ, el uso de estos dispositivos se ha disparado, y con ello, la contratación de tarifas de datos.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2013 unos 118.000 aragoneses contaban con una conexión de banda ancha en el móvil, mientras que un año después esta cifra ascendió un 43%, pasando a llegar a casi 206.500 hogares. “Este hecho es muy similar al que ocurrió hace años con la llegada del ADSL, que ofreció una mayor posibilidad de descarga, al igual que han hecho este tiempo la aplicación de la tecnología 4G”, subraya José Félix Muñoz, investigador de la Fundación Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID).

La gente primero se compra un smartphone y después decide cambiar su tarifa para añadirle la posibilidad de conectarse a internet y como consecuencia al resto de sus conocidos. “La aplicación de Whatsapp ha sido un verdadero aliciente para muchas personas, que como veían que sus familiares y compañeros de trabajo hablaban por esta herramienta, decidieron no quedarse atrás”, señala Muñoz.

De este modo, aunque su factura sube ligeramente, consiguen ahorrarse dinero en los mensajes de texto. “En la actualidad existen tarifas de 7 euros al mes con datos incluidos, con estos precios sale mucho más rentable tener internet que seguir mandando mensajes de texto”, afirma Muñoz. De hecho, en los últimos meses, el mercado de las nuevas tecnologías ha visto cómo sus tarifas iban desinflándose por la gran competencia existente. Según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC), durante el tercer trimestre de este año ha llegado a su mínimo histórico, con un precio de 25,96 euros de media al trimestre, mientras que dos años antes ascendía a 31,51 euros.

“Las conexiones a internet cada vez más baratas pueden llegar a crear una gran competencia a la contratación de ADSL y Fibra Óptica puesto que si no hay recursos se pueden hacer muchas cosas igual y a un precio menor”, aseguran desde el OASI. No obstante, Muñoz no considera que se pueda llegar a esta situación. “Usar una línea móvil como acceso a internet todavía es algo complicado además de que no permite ver series online u otros usos generalizados porque necesita mayor velocidad de descarga”, puntualiza.

Un futuro basado en la mejora del software

La tendencia al alza se mantendrá durante los próximos años. “No obstante, en algún momento se llegará a un techo que ya no se podrá superar al igual que ocurrió con los ordenadores”, sostiene Muñoz. En estos momentos, el 95,7% de las viviendas aragonesas cuentan con teléfono móvil, muchos de ellos de muy buena calidad y con veloces conexiones a internet. “Todo esto va a provocar que la demanda ya no se oriente hacía el aspecto del terminal o la utilización de datos, sino hacía la mejora de las aplicaciones, del software”, concluye Muñoz. De este modo, muchas empresas e instituciones están intentando mejorar en este ámbito, tratando de proporcionar a los cada vez más exigentes usuarios algo distinto a los típicos juegos o al Whatsapp.