Una amenaza de bomba impide tomar declaración a dos nuevos imputados

La Policía Nacional desalojó los dos edificios de la Ciudad de la Justicia, lo que obligó a suspender también todos los juicios que se estaban celebrando.

El desalojo afectó a las cerca de mil personas que se encontraban en los juzgados
Una amenaza de bomba impide tomar declaración a dos nuevos imputados
Guillermo Mestre

Las dos últimas personas incluidas en la relación de imputados del caso Plaza, el exempleado de Acciona José Luis Albendea y la mujer del empresario y también encausado Miguel Ángel Cantero, María Luisa Roca, tenían que haber prestado ayer declaración ante el juez. Sin embargo, un aviso de bomba obligó a desalojar los dos edificios de la Ciudad de la Justicia y el instructor tuvo que aplazar –de momento, sine die– la comparecencia de estos dos nuevos encausados.


Una llamada anónima a la centralita del 112, recibida en torno a las 12.30, fue la que puso en alerta a la gerente de la Ciudad de la Justicia y jefa de emergencias, María Jesús Lite, quien ordenó el desalojo de todos los juzgados. El hecho de que en la Ciudad de la Justicia Sevilla se recibiera una amenaza idéntica inquietó a los responsables de seguridad, que prefirieron no asumir riesgos. La Policía se encargó de que todo el mundo abandonara ordenadamente los edificios antes de inspeccionarlos con perros. La medida cogió por sorpresa a las cerca de mil personas que a esa hora se encontraban en el complejo de Ranillas, que vieron como juicios, declaraciones y todo tipo de actos procesales se suspendían.


Para garantizar la seguridad de todos –algunos jueces y funcionarios que estaban celebrando vistas no pudieron subir a recoger ni los abrigos y salieron a la calle con lo puesto–, la Policía pidió que se abandonara la plaza del Pabellón de Aragón y que todo el mundo se reubicara junto al edificio del Inaem, al lado de la conocida como rotonda de las banderas. Fueron cientos de personas las que permanecieron allí durante casi hora y media, ya que el cordón policial impedía regresar a los edificios.


La amenaza de bomba obligó a desplegar un operativo de emergencias en el que participaron tanto los bomberos como ambulancias del 061. La enorme amplitud de los edificios Fueros de Aragón y Vidal de Canellas hizo que los trabajos se demoraran bastante tiempo, ya que los especialistas tuvieron que inspeccionar todas las zonas comunes.Al final, se comprobó que no había ninguna bomba y se permitió acceder a los juzgados.