La Feria de Artesanía recibe un 10% más de público tras varios años de descenso

El certamen cerró ayer sus puertas en el Auditorio de Zaragoza después de diez días de actividad

La artesanía en cuero nunca falta en la feria zaragozana.
La Feria de Artesanía recibe un 10% más de público tras varios años de descenso
josé miguel marco

Después de varias ediciones bajando el telón con el regusto agridulce que siempre deja una menor afluencia de público, la XXXI Feria de Artesanía Aragonesa cerró ayer sus puertas en el Auditorio de Zaragoza con el balance positivo de ver aumentar el número de visitantes en un 10%.


"Estos tres días del puente ha habido algunos momentos en los que casi hemos tenido que cerrar por el gran número de personas que se concentraban, en estas jornadas no habremos bajado ningún día de las 5.000 entradas", aseguró ayer el secretario y director de proyectos de la Asociación Profesional de Artesanos de Aragón, Alberto Carasol.


¿Las razones de esta mayor concurrencia? Alberto Carasol lo atribuye a una conjunción de circunstancias. Se ha realizado un esfuerzo de promoción con los alrededor de 20.000 clientes asiduos a los que se envía información personalizada de la cita. El mal tiempo "también nos ha favorecido, este es un puente en el que la gente suele irse a esquiar, pero en este caso mucha se ha quedado en Zaragoza porque no había nieve en las estaciones", dice Carasol. Se calcula que a lo largo de estos 10 días habrán pasado unas 27.000 personas.


En cuanto a los resultados económicos, cada caso es particular, y en este certamen han participado 103 artesanos profesionales, de ellos 52 aragoneses. "En general, unos por otros el balance será positivo, habrá gente que seguro ha vendido un poco más que el año pasado y otra menos", adelantó el director de proyectos del colectivo a la espera de poder tener las encuestas que todos los asistentes contestan al final.


La mayor presencia de público este año es una valoración en la que coinciden los artesanos. "La feria ha ido regular, se nota el menor consumo, aunque ha estado algo más animado que el año pasado", decía Lucía Barrios, que con su taller de cerámica El Portalet, que regenta en Lascuarre, ha acudido por quinto año. Destacaba "un cambio de mentalidad en el cliente muy esperanzador, está cansado de tantos productos importados y en serie, y se preocupa por saber el origen y la originalidad de nuestras piezas".


Rafa Sánchez, que viene de Castellote con sus juguetes de madera Sura, coincidía en "una mayor afluencia de público". Sobre las ventas, "espero que un poco mejor, a ver cómo terminamos", decía.

Alianza con la gastronomía

Una de las novedades de esta edición fue la celebración de la muestra ‘Diseño a bocados’ en el seno de esta cita. Las más de 1.500 tapas que se ofrecieron se agotaron en menos de una hora y las paladearon unas 400 personas. Alberto Carasol se mostró partidario de que esta iniciativa, que combina gastronomía con artesanía y diseño, vuelva a desarrollarse en este marco y la degustación se pueda ampliar a dos días.


"Queremos contar con un programa paralelo para dotar a la feria del máximo contenido, y si la DGA nos sigue apoyando el año que viene incorporamos algún concierto", adelantó Carasol.