De dibujante y arquitecto a novelista.

La verdad que ha sido un triple salto mortal. He trabajado de arquitecto y de comunicador y siempre pensé que cuando ya fuera mayor me pondría a escribir porque ha sido una de esas cosas que siempre me ha gustado pero nunca he podido hacer porque no he tenido tiempo. Toda mi vida he escrito dibujando y ya tenía ganas de dibujar escribiendo.

Debuta en la novela y se lleva el premio Alfonso X el Sabio. ¿Se lamenta de no haber empezado a escribir antes?

La verdad es que sí, pero no se puede hacer todo en esta vida. Ahora es cuando ha llegado la hora y me ha gustado mucho hacer esta novela, aunque también me ha costado mucho. Me di cuenta de que la única manera de contar la historia de los personajes del siglo XII, que es un siglo muy luminoso por mucho que se piense lo contrario, es escribiendo sobre ellos.

¿Ha sido complicado para usted, que viene de escribir sobre arquitectura, centrarse en los personajes y las tramas?

Todo lo contrario. Quería juntar la historia de los hechos con la historia del arte, porque en la vida van por separado, pero ocurren a la vez. En el arte hay mucha vida, y lo que he hecho ha sido ver esa vida a través de los personajes.

¿Cuánto tiempo le ha llevado documentarse?

Toda la vida, porque no he hecho otra cosa a lo largo de estos años que documentarme, tanto histórica como artísticamente. Lo más difícil ha sido aprender a hacer la novela. Igual que se aprende a nadar nadando, yo he aprendido a escribir conforme la hacía. Me ha venido bien ser arquitecto, para seguir una estructura, porque una novela es una obra arquitectónica.

‘Esperando al rey’ tiene muchos personajes y enredos. ¿Siente predilección por alguno en particular?

Sí, mi personaje favorito es Teresa, que es precisamente la protagonista de la novela. Es una noble gallega a la que casan con un noble castellano al que ni siquiera conoce. Es la consejera de su marido y también del rey, y tiene una trayectoria vital sorprendente. Las mujeres y los canteros son los personajes centrales de esta novela. Me ha interesado hacer una novela de la retaguardia. Todas las novelas históricas hablan de los reyes y nobles, pero omiten a los canteros, escultores, pintores, a las mujeres e incluso a los frailes, que son los grandes protagonistas porque eran los que sostenían todo lo demás.

Las situaciones que describe la novela, propias de su época, ¿son similares a las que podría narrar si se ambientase en nuestro siglo XXI?

Sí, en el fondo no somos tan distintos. La lucha de los Castro y los Lara que describo en mi novela es exactamente la misma que tienen los partidos políticos para llegar al poder. Cada familia era un partido, con sus seguidores y sus detractores, lo que pasa es que lo que antes se solucionaba con la guerra ahora se resuelve con la palabra.

Además del premio de literatura, su fundación, Santa María la Real, se ha llevado la Medalla de Honor de la Academia de Bellas Artes. ¿Ha sido el 2014 su año?

Sin duda, ha sido un gran año, pero no solo por los reconocimientos. Estoy realmente contento porque se está consolidando un proyecto que comencé el año pasado, llamado Lanzadera para el Empleo y el Emprendimiento Solidario, que consiste en agrupar a desempleados formando equipos para que todos busquen trabajo para todos. Ya hay 50 lanzaderas en toda España, tres o cuatro en Aragón, y la idea es que siga creciendo y la gente se ayude y pueda encontrar trabajo.

¿Ya está pensando en una nueva novela?

Sí, y no solo en una, con la historia de España hay para escribir muchas más. ‘Esperando al rey’ se basa en la separación de León y Castilla, pero al cabo de 80 años se vuelven a unir, lo que daría para escribir otra historia. Además, estamos ante un periodo de luchas entre los reinos cristianos y almohades... Si puedo, escribiré sobre muchas más cosas.

Como arquitecto, ¿Qué opina del patrimonio aragonés?

Tenéis una gran variedad de patrimonio, por la historia y por el clima. Está la catedral de Tarazona, muy importante en el siglo XII y que habéis restaurado y que tengo muchas ganas de ver. Dentro de poco vendré a presentar la ‘Enciclopedia del Románico en Huesca’. Hace dos años presentamos la ‘Enciclopedia del románico en Zaragoza’ y estamos trabajando en la del románico en Aragón.

De todos los ámbitos en los que ha trabajado, ¿se queda con alguno en particular?

Me quedo con todo, no reniego de nada de lo que he hecho en la vida. Soy una persona curiosa y la vida es subir peldaños, pero no trepando por encima de los demás sino acompañado de mucha gente. Estoy muy contento porque he realizado mi proyecto de vida en todos sus términos. Y aún me queda mucho por hacer. La vida es una botella, pero no una medio llena o medio vacía. Es una botella que tú tienes que llenar y si es posible, que desborde para que sea de utilidad para los demás.