El Gobierno de Aragón se sacó este martes un as de la manga en la presentación de los presupuestos para 2015, los últimos antes de la próxima cita electoral en la Comunidad. Se trata de una rebaja del tramo autonómico del IRPF de hasta el 16,7% que “llegará a todos los aragoneses” según explicó el consejero de Hacienda, Javier Campoy, encargado de defender las cuentas.

En concreto, la propuesta de la DGA modifica la estructura actual y establece una división en cinco tramos de renta frente a los cuatro actuales, y beneficiará especialmente a quienes tienen menos ingresos. Los trabajadores con menor salario (con bases liquidables inferiores a 12.450 euros) reducirán su tributación en un 16,7%, o lo que es lo mismo, pagarán 249 euros menos de impuestos al año; el siguiente tramo, el de las clases medias (con bases liquidables de entre 12.450 y 20.200 euros) tendrán una rebaja fiscal del 10,5%; y así sucesivamente de forma progresiva.

Campoy aseguró que, de esta manera, los aragoneses se ahorrarán el año que viene 25 millones de euros en concepto de impuestos en una reforma fiscal “ilusionante y ambiciosa” ya que “es la primera vez que se toca este tramo”. El objetivo del Ejecutivo regional con esta medida es “devolver a los aragoneses el esfuerzo que han hecho estos últimos años de crisis” así como revitalizar el consumo y la inversión empresarial, según explicó el consejero.

Sin embargo, y pese a esta rebaja, el Gobierno prevé un incremento en la recaudación del IRPF de más de 30 millones de euros, que le permite cuadrar las cuentas. La justificación viene en forma de revulsivo económico al mejorar la salud de los bolsillos familiares: “Se plantea como un incentivo para la recuperación y tendrá un efecto multiplicador en la economía”, señaló Campoy.

En este sentido, la DGA echa mano de unas previsiones de crecimiento para 2015 del 2% del PIB -que le han permitido engordar sustancialmente algunos de los apartados de ingresos más importantes-, en la creación de empleo neto y en el incremento del número de contribuyentes.

Otras bonificaciones

La del IRPF no fue la única buena noticia para los bolsillos aragoneses que este martes dio a conocer el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi, aunque una de ellas suponga el incumplimiento de una promesa electoral de la presidenta. Es el impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, que en el ocaso de la legislatura sigue sin desaparecer, aunque se incrementa la bonificación actual del 50% hasta el 65%.

Campoy aseguró que no se va a llegar al 100% porque “tras darle muchas vueltas, hemos preferido bajar los impuestos a todos los aragoneses”. La modificación incluye otra mejora, ya que se elimina el requisito de que las donaciones deban documentarse en escritura pública, lo que permitirá reducir costes notariales a los contribuyentes.

Por otro lado, la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas para 2015 incorpora una deducción por gastos de guardería de hijos menores de 3 años. Los contribuyentes podrán deducirse el 15% de las cantidades satisfechas en el periodo impositivo hasta un máximo de 250 euros por niño.

Además, el beneficio fiscal por compra de vivienda habitual en núcleos rurales, vigente desde 2012, se extiende a las entidades locales menores que no sean municipios, y se amplía el plazo para que las familias numerosas puedan vender su vivienda y aplicarse la bonificación por compra de otra.