"Una familia ha tirado la comida para volver a hacerla con mineral"

l Caldearenas, Latre y Anzánigo, que se unen a los otros 6 municipios sin suministro, habían extremado la precaución desde que empezó la obra

El alcalde deja correr el agua de la fuente de Caldearenas en presencia de varios vecinos.
"Una familia ha tirado la comida para volver a hacerla con mineral"
R. Gobantes

El Gobierno de Aragón recomendó ayer "por precaución" a los vecinos de Caldearenas, Latre y Anzánigo que no usen el agua del grifo para beber o cocinar, pero lo que a muchos les extrañaba era que la medida no se hubiera adoptado antes, según reconocía ayer el alcalde de Caldearenas, a cuyo municipio pertenecen también los otros tres núcleos afectados.


Alejandro Castán recordó que "mucha gente hace años que no bebe de la red". Los pueblos ahora afectados se encuentran entre Sabiñánigo y el pantano de La Peña, aguas arriba de los seis donde hace tres semanas se prohibió el consumo por superarse en sus abastecimientos el nivel máximo permitido de alfalindano (Biscarrués, Ardisa, Piedratajada, Marracos, Santa Eulalia y Villanueva de Gállego). "A raíz de esas restricciones, muchos venían al ayuntamiento a preguntar, pero no podemos crear una alarma social porque hasta ahora nos decían que los análisis salían bien", comentó. Eso sí, admitió que los vecinos recelaban aún más de la calidad del agua del río "desde que empezaron las obras en Bailín".


Ayer, en cuanto la DGA les informó de la recomendación de no consumirla, él y el resto de concejales la transmitieron "casa por casa". "Al enterarse, una familia incluso ha tirado la comida que había cocinado con agua del grifo y la ha vuelto a preparar con la embotellada", comentó Castán, quien calculó que entre vecinos y propietarios de segundas residencias que han acudido a pasar el puente festivo del Pilar, estos días hay en los pueblos afectados unas 70 personas. De momento, cree que el agua almacenada en los depósitos (Caldearenas y Latre comparten uno) dará para "un par de días" y si la situación se prolonga, tendrán que pedir a Protección Civil que les suministre. 


Pero lo que más le preocupa a Castán y a los más de 20 alcaldes de la cuenca del Gállego es que estos problemas "volverán a ocurrir" si no hay una actuación global. "Ahora ponen un parche y luego saldrá por otro sitio", lamentó, al tiempo que criticó que desde que comenzó la crisis del lindano han escuchado "muchas mentiras". 


El martes, todos los pueblos del Gállego le plantearán sus reivindicaciones al presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro en la reunión a la que les ha convocado.