Las empresas de rafting del Gállego sufren hasta un 80% de cancelaciones por el lindano

Hoteles, casas rurales y negocios de aguas bravas temen el perjuicio que ocasiona a la imagen turística de la comarca

En el almacén de la empresa Ur Pirineos, en Murillo de Gállego, las barcas permanecen paradas, y los cascos y trajes de neopreno apenas se mueven de los estantes y las perchas. Estos días hay poca actividad, comenta su gerente, Inés Dewulf.
Las empresas de rafting del Gállego sufren hasta un 80% de cancelaciones por el lindano
Rafael Gobantes

Las restricciones para el agua de boca acabarán, pero la imagen del río quedará asociada a la contaminación por lindano. Es lo que temen los empresarios turísticos de Murillo o Santa Eulalia de Gállego, preocupados por la repercusión de la alerta ambiental en el sector y que exigen más información, e incluso una campaña para contrarrestar los efectos


Los más perjudicados son los que trabajan directamente en el río. Por ejemplo, la empresa de turismo activo Ur Pirineos tuvo en un fin de semana un 80% de cancelaciones. "Las cien personas que iban a venir el 29 y 30 de septiembre se quedaron en veinte", señala Inés Dewulf, la gerente. Este sábado de las 15 barcas contratadas solo salieron siete y ayer mismo ni una sola de las cinco inicialmente reservadas. Es la empresa más importante de Murillo de Gállego con 25 trabajadores en temporada alta y entre 15.000 y 20.000 clientes al año. Ellos llamaron por teléfono a las personas que tenían reserva para informarles de lo que sucedía en el río.


"Les dijimos la verdad, que en algunos pueblos no se podía beber del grifo y que aunque no afecta a la navegación, el agua está contaminada. Les dimos la oportunidad de escoger, era lo más responsable pensando en que son turistas que nos eligen como destino para sus vacaciones; no lo que hacen nuestros políticos escondiéndonos la verdad y diciendo que no ha pasado nada", declaró. Un grupo de 20 personas de Zaragoza ya conocía la noticia, pero otros, del País Vasco o Navarra, no. "Si llegan aquí y lo leen en un periódico, sería peor". 


La restricción solo afecta al agua de boca. No en Murillo, porque la toma de una fuente, pero a los empresarios de turismo activo les inquieta no poder desarrollar con normalidad las actividades. "Hay estudios que dicen que puede afectar a la salud por vía cutánea", puntualizó la gerente de Ur. 


La temporada de aguas bravas concluye en torno al Pilar (algunas empresas ya no están en activo), pero Dewulf se pregunta qué pasará en primavera, cuando los principales clientes son los colegios. El único consuelo es que los ha pillado a final de temporada. "Si hubiera sucedido en agosto, ya podemos cerrar", dice. Esta semana esperan grupos de estudiantes y están a expensas de los niveles de lindano que marque el agua, tanto en el río como en el embalse de la Peña. 


A Murillo acuden anualmente 50.000 personas para disfrutar de las aguas bravas, con 50 empleos directos. Y en toda la cuenca del Gállego existen 26 empresas de servicios turísticos cuyos clientes gastan en hoteles, restaurantes... Solo esa localidad cuenta con cinco casas rurales, varios hoteles (uno de cuatro estrellas) y un campin. Desde Ayerbe a Murillo se calculan unas 1.000 plazas. "Y el agua del spa, ¿es segura?"

El presidente de la Asociación Gállego Activo, que agrupa a las empresas de aventura de la zona, lamenta "la desinformación", sobre la navegación y sobre el estado del río. "Nadie avisa de nada, como cuando casi secaron el río para reducir los niveles de lindano", critica Gustavo Ortas. 


Los propietarios de hoteles opinan que repercutirá negativamente en la imagen de la cuenca. Marta Castán, una de las propietarias del Spa Aguas de los Mallos, dice que no ha recibido llamadas de clientes para cancelar, "pero sí para preguntar si el agua del spa es segura, si viene del río, porque están oyendo lo del lindano". Ella les aclara que sale de la red pública y es potable. "Toda la cuenca se ha visto afectada, y a la larga la sensación que quedará es que es un río contaminado", lamenta.


"El Gállego está contaminado para consumo humano, pero igual que la gente se puede duchar, puede hacer rafting", señala el presidente de la Hoya de Huesca, Fernando Lafuente, quien aclara que los esfuerzos están centrados ahora en garantizar los abastecimientos. "El dueño de una casa rural me dijo que había perdido reservas. Cuando pasa algo así repercute en el turismo y en la imagen, evidentemente", concluye.