"Los forenses ayudarán a prevenir las muertes súbitas en Aragón"

Salvador Baena, Director del Instituto de Medicina Legal.
Llegó al cargo hace cinco meses y quiere convertir el IMLAen un centro de referencia nacional para las ciencias forenses conectado a la sociedad

Salvador Baena (Zaragoza, 1962), es el director del Instituto de Medicina Legal de Aragón.
"Los forenses ayudarán a prevenir las muertes súbitas en Aragón"
J. M. Marco

Lleva cinco meses al frente del Instituto de Medicina Legal de Aragón, donde trabaja desde 1990, y quiere modernizarlo... 

Queremos ampliar nuestro conocimiento y que sirva para los ciudadanos. Por ejemplo, el IMLA quiere hacer un estudio de las muertes súbitas desde los 20 hasta los 45 años en contacto con el Salud y los hospitales del Clínico, el Miguel Servet y el Royo Villanova para emprender acciones preventivas. No serían costosas y nos vincularía más con la sociedad, a la que servimos. Para ello, necesitamos la confianza de la DGA y la ilusión de los 64 trabajadores del Instituto. 


¿A qué obedece este impulso del IMLA que propone a la DGA? 

Hay institutos similares que se están moviendo y creemos que la autopsia es un acto médico que debe ser utilizado no solo para establecer la causa de la muerte para el Ministerio de Justicia, sino  que puede servir como acción  de medicina forense preventiva. Es la optimización de los gastos sanitarios con enfermedades que pueden tener un componente genético para los familiares. Se está haciendo en Valencia y queremos implantarlo en Aragón. 


Ese trabajo implica al Salud y es interactivo para los forenses. 

Estamos en relación con Anatomopatología del Miguel Servet y Pediatría del Clínico porque están en la comisión nacional de muerte súbita. Así el estudio podemos ampliarlo a los niños, porque tenemos cinco o seis casos al año. A esos colectivos de riesgo podemos darles una esperanza. Si fallece un pequeño se hace un consejo genético con la familia y si hay afectados entre ellos se les instala un desfibrilador para que puedan sobrevivir.


Así, los forenses no estarían ligados solo con la muerte sino con evitarla, que no es poco. 

Efectivamente, que no solo sirvamos para decirle al juez que un fallecido ha muerto de esta causa sino para advertir a su familia y trabajar para que a ninguno de ellos pueda volver a sucederle. 


¿Qué proporción de las muertes que certifican son súbitas?

Alrededor del 30% o 40% de las 750 autopsias que se hacen en Aragón son muertes naturales que se producen porque son súbitas o porque las personas carecían del certificado de defunción. Estos fallecimientos no tienen trascendencia judicialmente, pero sí en la sanidad y en la sociedad. Hablamos de unas 200 autopsias, de las que pueden entrar en el protocolo genético unas 30 familias. Además, pasaría a ser una obligación sanitaria.


¿Esto forma parte de su plan estratégico de modernización? 

Hay que optimizar los recursos y utilizarlos para una acción médica preventiva, que es la mejor, para evitar las muertes. Es uno de los primeros eslabones de nuestro  plan de modernización. Nuestro reto es poner a la medicina forense de Aragón entre las mejores de España. 


¿Confía en que la DGA asuma su propuesta a ocho meses de las próximas elecciones?

El plan se presentó a la dirección general de Justicia y ahora hay que elevarlo al consejero de Presidencia. Confiamos en que el Gobierno va a apoyarlo y hay que unirse a este proyecto científico una memoria económica.


¿Supondrá un aumento de dotación presupuestaria?

No se trata de un gran gasto sino de trabajar en equipo a base de convenios, que ya firmamos con el Salud en 2011 para los médicos MIR y las pruebas histológicas. Así los residentes de Anatomopatología pueden realizar autopsias en el IMLA porque es necesario para su formación y ya no hacen prácticamente en los hospitales. Y a nosotros nos hacen parte de las pruebas histológicas que necesitamos. Ganamos todos porque ayuda a detectar las muertes que pueden ser genéticas. Y el coste no existe porque con más horas de trabajo se obtienen resultados y los ciudadanos se benefician. 


En ese modelo realizaron los test de la verdad (P300 y N400) a Silva Sande. ¿Hay más convenios?

Tenemos otro firmado con la Escuela de Ingenieros y Arquitectos  en Aragón muy avanzado sobre la valoración de mecánica objetiva para lesionados. A través de una tecnología patentada por los ingenieros se valora la movilidad y se evalúan los daños de los lesionados con un programa informático, de manera objetiva, y así podemos superar la simulación de los perjudicados. 


La investigación de los accidentes de tráfico es otro de los trabajos pendientes todavía, según la reciente tesis de un ingeniero. 

Nosotros queremos que entre en el convenio el Centro Zaragoza. Hay que combinar el examen de los daños de un accidente, lo que vemos nosotros con nuestras manos, la máquina de los ingenieros, los perjuicios de la chapa y los atestados. Nunca se ha trabajado de manera global en casi ningún sitio de Europa. Las aseguradoras hacen una comparación entre los daños de los vehículos y de los ocupantes, pero no hay ningún trabajo científico desde el punto de vista médico o forense. Necesitamos argumentos técnicos periciales y criterios objetivos para valorar si existe esa proporcionalidad. Sin que haya sufrido la chapa, el ocupante puede tener una lesión. Hace falta un trabajo de equipo.

¿Quieren ser el CSI de los accidentes de tráfico?

Tenemos que saber qué lesiones y cómo se han producido. Si tenemos objetivados los criterios será mucho mejor. Por cada autopsia tenemos diez lesionados. Nuestra trabajo es valorar a 6.000 personas cada año, entre ellos hay víctimas de agresión, de agresión sexual, de malos tratos, de violencia doméstica o incapaces. Trabajamos un 80% con vivos y un 20%, con muertos, aunque nos comparen con el CSI por las películas.


En el caso Cordón han utilizado una máquina de la empresa Neuronic para las pruebas P300 y N400 a Silva Sande.  

Es un ejemplo de la alianza tecnológica en la que se buscan empresas para utilizar sus técnicas y máquinas en el Ministerio de Justicia. No hay coste porque la empresa Neuronic nos ha dejado la suya y, al validarla para una prueba forense, se podrá utilizar para otros casos. 


La Guardia Civil confía en que los resultados de las pruebas sirvan para fortalecer su investigación judicial en Mont Ventoux. 

Los forenses estamos al servicio del Ministerio de Justicia y todo lo que nos dice el juez es un reto científico. Tenemos que responder de la manera más objetiva posible, de acuerdo a los elementos del siglo XXIy no al XIX. Gracias a la alianza tecnológica con la empresa Neuronic, el coste para la administración ha sido cero. Por eso la consejería de Justicia puede confiar en nosotros. 


¿Cuándo tendrán los datos de las pruebas de Silva Sande? 

No me gusta hablar de casos concretos, pero es necesario que los resultados se sopesen e interpreten para ponerlos en manos de la autoridad judicial y la Guardia Civil. El examen debe ser meticuloso y calmado, con mucha reflexión, por eso no sabemos la fecha aproximada de los resultados.


¿El examen a Silva Sande puede cambiar la imagen del IMLA, que vivió la riada de Biescas? 

La creación de los institutos en 1996 culminó en 2003 con que se construyera el IMLA, que ya fue pionero. El futuro es que sea el Instituto de Ciencias Forenses porque ya tenemos en el centro histólogos, psicólogos, trabajadores sociales y se firman acuerdos con ingenieros, hospitales o empresas. Soy un gran defensor del trabajo en equipo. La riada de Biescas ayudó a dejar el Bastero Lerga por el IMLA y el futuro son los convenios.