Tres muertos en carretera –los dos últimos, ayer– en solo tres días han causado preocupación entre los vecinos de los pueblos de la A-121, que aun así ya eran conscientes de que esta carretera es "peligrosa". "Llevamos luchando para que la mejoren desde hace muchos años, pero es verdad que aquí no nos hemos movido tanto como se ha hecho con la N-232", explicó ayer el alcalde en funciones de Ricla, Imanol Arteaga. "El accidente más habitual en esta carretera no es una colisión entre un coche y un camión, como ha ocurrido estos días –continuó–, sino que un vehículo se salga un poco de la vía, algo que es muy fácil porque esta carretera no tiene arcén, y acabe en la cuneta". De hecho, asegura que este verano han volcado al menos cuatro vehículos pesados: "Hace un mes se cayó uno con sandías. Y también hubo otro con naranjas, uno más con melones y otro con almendras la semana pasada".

Estos dos factores –la falta de arcén y una cuneta que en algunos tramos tiene un desnivel de más de un metro con respecto al asfalto–, no son los únicos factores que hacen peligrosa esta carretera. Realmente, el principal problema –así lo denuncian todas las personas consultadas por este periódico– es la gran cantidad de tráfico pesado que soporta esta vía autonómica, que une Magallón con La Almunia.

Aunque las carreteras que encabezan la siniestralidad en Aragón son la N-II y la N-232 (propiedad del Estado), entre otras cosas porque también registran mucho tránsito de camiones, lo cierto es que la A-121 es la segunda vía autonómica que más camiones soporta. Así lo recoge el propio Plan General de Carreteras de Aragón 2013-2024, donde se precisa que por la A-121 pasan 1.187 vehículos pesados al día.Casi 1.200 camiones al día

Solo le gana –dentro de las carreteras propiedad del Gobierno de Aragón–, la A-220, con 1.226, que precisamente es continuación de la A-121: cubre el trayecto entre La Almunia de Doña Godina y engancha con la A-23. En ese mismo documento, la DGA reconoce que en torno al 40%de los vehículos que usan estas dos carreteras son pesados, lo que las asimila a un "corredor de tráfico nacional".

El motivo de que sea tan utilizada por transportistas no es otro que el ahorro de tiempo y de kilómetros: muchos de los camioneros que cubren la ruta Cantábrico-Mediterráneo prefieren no llegar hasta Zaragoza por la A-23 y lo que hacen, en definitiva, es salir de la Autovía Mudéjar por Cariñena para conectar con La Almunia, Ricla y Fuendejalón y salir ya directamente a la N-232 a la altura de Gallur. 

"Vengo de Miranda de Ebro y voy a Castellón a descargar. Y aunque esta carretera tiene muchos baches y carece de arcén, me ahorro 30 kilómetros de viaje y también el peaje de la AP-68, que aunque está rebajado sigo sin poder pagarlo porque no tengo margen", explicó ayer el transportista Francisco Expósito.

El alcalde en funciones de Ricla señaló que por esta carretera pasan los camiones de fruta de Valencia y Murcia hacia Bilbao. Y añadió que también hay mucho tráfico de vehículos agrícolas por la recogida de melocotones y demás frutas de la zona. 

"Lo que deberían hacer es poner un camino de servicio para ellos –comentó el transportista ejeano Javier Iñíguez–, porque los tractores no pasan de los 40 kilómetros por hora y los conductores se ponen nerviosos y empiezan a adelantar". En esta carretera rige un límite de velocidad genérico de 90 km/h, que para los camiones se reduce a 70. Hay mucha línea continua y, de hecho, los dos accidentes registrados estos tres días han sido en tramos en los que está prohibido adelantar. Y ambos, también, han consistido en una colisión entre un turismo y un camión. La DGA negocia que sea estatal

Dada esta situación, el Plan General de Carreteras de Aragón plantea que esta carretera, al igual que la A-220, debería ser de interés estatal al asimilarse "a un corredor de tráfico nacional". Y el objetivo no es otro que el Gobierno central, con más capacidad inversora, pudiera renovarla o ampliarla. Fuentes de Obras Públicas de la DGA apuntaron ayer que Aragón ya ha planteado esta cesión en sus reuniones con el Ministerio de Fomento, y que se estaría dispuesto a hacer una especie de permuta de carreteras, es decir, que algunas que hayan perdido el interés estatal pasen a ser autonómicas. 

Pero, mientras tanto, la responsabilidad de mantener esta vía –que según el alcalde en funciones de Ricla, no se renueva desde hace unos diez años, y eso se nota en un asfalto que está muy desgastado por el paso de camiones–, seguirá siendo autonómica. 

Hay que mencionar que la DGA se comprometió en el citado Plan de Carreteras a renovar el asfalto de los 42 kilómetros de esta carretera antes de que acabe 2016. Y, por el momento, según señalaron ayer las mismas fuentes de Obras Públicas, solo se ha sacado a licitación los trabajos para reforzar el firme de 4,1 kilómetros.