Una segunda casa para el estudiantado aragonés

Las salas de estudio amplían sus horarios ante la llegada de los exámenes de septiembre.

Estudiantes de la UZ preparando los exámenes
Una segunda casa para el estudiantado aragonés
A. N

Cada vez queda menos para los exámenes de septiembre y los nervios entre el colectivo estudiantil se palpan en el ambiente. De manera paulatina las bibliotecas y salas de estudio aragonesas comienzan a ‘hacer su agosto’ y a saturarse en las horas punta.


Hace una semana desde que estas instalaciones ampliaron sus horarios de apertura para atender la mayor demanda de estudiantes que, tras un verano de festejos, viajes y desconexión, tienen que hacer frente a sus asignaturas pendientes, ya sea por recuperaciones -que tendrán lugar del 1 al 13 de septiembre- o por las pruebas de Selectividad, -entre el 9 y el 11.


Durante el curso lectivo, la Universidad de Zaragoza pone al servicio de los aragoneses un total de 4.850 plazas en horarios comprendidos entre las 8:30 y las 21:30. Sin embargo, con motivo de la llegada de los exámenes, desde el pasado 18 de agosto muchas de estas salas han ampliado sus horarios hasta altas horas de la madrugada frente a la reducción horaria de las bibliotecas del campus a jornada matinal.


En total, la oferta en estas fechas asciende a 1.900, distribuidas entre Zaragoza –donde se aglutinan 1.764-, Huesca –que cuenta con 80- y Teruel -60-. Algunas de las más concurridas en la capital aragonesa son el Pabellón de Filología del campus de San Francisco, que cuenta con más de 540 plazas, -120 más que durante el curso habitual-, y que permanece abierta hasta las 3 de la madrugada; así como la Sala de Estudios de Económicas –con 312 espacios-, disponible de 14:00 a 22:00.


La oferta se amplía a los barrios del Actur donde se encuentra la sala del Campus Río Ebro –con 464 plazas- y al sector de Miguel Servet con la sala de la Facultad de Veterinaria –de 66 plazas-. En este caso, ambas abren en horario de tardes durante el mes de agosto, hasta las 22 horas.


Sin embargo, la oferta no solo se queda en las de las salas universitarias, ya que existen otros espacios muy concurridos, como el Museo del Fuego -que cuenta con 132 plazas-, o las salas de CAI e Ibercaja. Todas ellas han ampliado sus horarios a fines de semana hasta la segunda semana de septiembre.

Control para los 'menos responsables'

Muchas instalaciones han adoptado medidas de control de plazas vacías durante un tiempo excesivo, en cuyo caso se apartan los apuntes y se permite sentarse a otra persona- como en la Sala de Fuego, o la presentación de tarjetas acreditativas en salas privadas como la de la CAI.


Muchos estudiantes prefieren desplazarse hasta bibliotecas o salas de estudio ante la imposibilidad de estudiar en sus hogares. “Yo en casa no logro concentrarme por lo que suelo quedarme a estudiar hasta tarde en la Universidad. El estado de algunas salas es lamentable. Además, en cuanto se acerquen las fechas de Selectividad habrá problemas de espacio”, lamenta Diego, estudiante del Máster de estudios avanzados en Historia del Arte.  


“Los fines de semana hay que venir 45 minutos antes si quieres coger sitio. Se forman unas filas tremendas y hay gente que, tras esperar un buen rato, se tiene que volver a casa”, asegura María, estudiante de Periodismo. "El mayor problema es el desconocimiento, ya que la gente siempre va a las mismas salas y se distribuyen mal", afirma Laura, estudiante de Administración y Dirección de Empresas (ADE).


En total, el pasado curso se matricularon más de 26.000 estudiantes en la Universidad de Zaragoza, recientemente reconocida como una de las 500 mejores del mundo según el ranking académico mundial de Shangai.

Alternativas ciudadanas

Ante la falta de espacios suficientes en las salas de estudio y las reducciones horarias desde el inicio de la crisis, en los últimos años han surgido algunas iniciativas ciudadanas, como la de la sala nocturna de la Asociación de Vecinos del Barrio de San José, o la sala coordinada por el Colectivo de Estudiantes Progresistas de Aragón (CEPA), habilitada en la Casa del Estudiante de Zaragoza en periodos anteriores.