Se dispara el interés por los planes de retorno voluntario para inmigrantes

Cruz Roja advierte de una demanda "tremenda", pero el presupuesto es limitado.

Sede de Cruz Roja en Zaragoza, entidad que gestiona las ayudas
Se dispara el interés por los planes de retorno voluntario para inmigrantes
J. M. Marco

Miles de personas procedentes de otros países menos desarrollados se instalaron en España antes y durante el arranque de la crisis con el objetivo de mejorar sus perspectivas laborales. El desplome del mercado laboral español les hizo chocar de bruces contra una realidad que no esperaban, por lo que tomaron la determinación de regresar a su país de origen. Con la intención de facilitar la transición de aquellos que habían quedado en una situación más precaria, el Gobierno de Zapatero puso en marcha el Plan de retorno voluntario.


A lo largo del primer lustro de funcionamiento del programa de ayudas, que echó a andar en 2009, se otorgaron un total de 465 subvenciones a inmigrantes afincados en Aragón. El volumen de personas que se han beneficiado de ellas es mayor, ya que en un amplio porcentaje de los casos la aportación económica repercute en todo el núcleo familiar. La gran mayoría se acogieron al programa a lo largo de sus primeros meses. Después, el interés decreció y las aportaciones del Ministerio de Economía -responsable de su financiación- cayeron hasta el punto de agotarse el presupuesto a mitad de año, tal y como ocurrió el curso pasado.


La tendencia, sin embargo, se ha tornado alcista en el semestre inicial de 2014. En la primera mitad de este año se han aprobado las ayudas para 30 retornos en Zaragoza. Desde Cruz Roja, entidad encargada de entregar las subvenciones y realizar el seguimiento pertinente, explican que la cifra ya duplica el total de ayudas concedidas en todo el año pasado.


El número de solicitantes y de personas que requieren información a Cruz Roja es todavía mayor. La Institución realiza un estudio y valoración social minuciosa sobre cada caso antes de decidir a quienes se les paga el billete de avión y se les concede una cantidad económica de 400 euros con la que puedan iniciar una nueva vida en su país natal. 


"Llevamos un tiempo que la demanda de solicitudes de retorno es tremenda", indica Loli Ortega, encargada del área de Inmigrantes y Refugiados de Cruz Roja en Zaragoza. "Antes, la mayoría de los casos que teníamos eran de personas enfermas que carecían de medios de subsistencia, ahora nos encontramos con casos  extremos de personas que carecen de expectativas de empleo y de medios de vida", explica. 


Mujeres solas con hijos, enfermos, familias completas o personas solas en riesgo de exclusión social, son algunos de los perfiles de los beneficiarios de estos subsidios. Los planes de retorno voluntario también están destinados para ciudadanos que se quedaron en paro y han agotado toda prestación. Por su parte, el beneficiario se compromete a no volver a pisar territorio español durante los siguientes tres años


La nacionalidad que más se ha acogido al programa es la ecuatoriana. Le siguen otros países iberoamericanos como Nicaragua y Venezuela y estados africanos como Guinea Ecuatorial, Senegal, Ghana o Camerún.


"No me voy con sensación de fracaso"


Álvaro Díaz, natural de Managua -capital de Nicaragua- y de 38 años, es un administrador de empresas y experto en mercadotecnia que ha logrado regresar a su país gracias a una de las ayudas gestionadas por Cruz Roja Zaragoza. Llegó al Pirineo aragonés en julio de 2007 para trabajar de peón en la construcción, pero al poco tiempo se le detectó un tumor cerebral que le incapacitó. En el último año y medio ha sido sometido a dos operaciones. Ahora, explica, se siente "recuperado para iniciar una nueva vida". 


Este nicaragüense se muestra muy agradecido por la ayuda recibida: "La organización (Cruz Roja) no sólo me ha gestionado el retorno si no que me ha ofrecido ayuda de todo tipo como conseguir alojamiento para mi larga recuperación (en una residencia de religiosas), tratamiento farmacéutico, acompañamiento médico...".


Uno de los motivos principales que le han llevado a regresar a su país es estar con su hijo, de cinco años, que nació en España. Además, Álvaro lleva "seis años sin ver a mi madre y quiero aprovechar esta oportunidad que se me da. Ahora lo importante es no desentenderme de mi salud". 


"No me voy con arrepentimiento y sensación de fracaso de España. Aunque hayan sido duros, me han ayudado a crecer personalmente si bien, económicamente, no me ha ido bien. Además, han servido para recibir atención médica. Desgraciadamente, si hubiera sobrevenido la enfermedad en mi país, no sé cómo estaría de salud. La situación allí es muy deficitaria", lamenta.