Se multiplican los centros de fisioterapia de Aragón

El número de fisioterapeutas colegiados también ha crecido: un 38% desde 2008 hasta 2013.

El Colegio de Fisioterapeutas, contra el intrusismo profesional.
Aumenta en 40 los centros de fisioterapia de Aragón

La fisioterapia está al alza en Aragón. Muchos son los titulados jóvenes y/o parados que deciden emprender y crean su propia consulta. De este modo, se han establecido 40 nuevos centros en Aragón en 2013. Un aumento considerable teniendo en cuenta los resultados de años anteriores: 28 nuevos establecimientos en 2012 y 19 en 2011.


Casi en la misma proporción ha crecido el número de colegiados en la Comunidad Autónoma. "Anteriormente había una media de unos 50 colegiados nuevos por año, sin embargo, en los dos últimos la situación ha cambiado y suman en torno a 80 colegiados nuevos cada año", explica Aitor Garay, decano del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón. Así lo muestra también el Instituto Nacional de Estadística, que señala un aumento del 38% de estos profesionales en este lustro.


Para Garay las razones están bastante claras. "En los últimos años se han instaurado Facultades de Fisioterapia en el País Vasco y Tudela lo que provoca que la gente que venía a estudiar a Zaragoza se quede más cerca de su casa y, por lo tanto, las aulas zaragozanas se llenen de aragoneses, que ejercerán la profesión en alguna de las provincias", explica. Además, la titulación de la Universidad San Jorge también tiene sus efectos.


Este incremento genera diversas consecuencias. Una de las más importantes es el aumento del paro. Según el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón, el desempleo en este sector se sitúa entre el 15 o el 20%. “Actualmente no es un problema excesivo, pero si se mantiene esta tendencia llegaremos a niveles que no serán sostenibles en términos de empleabilidad, subraya Garay.


Emprendedores en tiempos de crisis

Alejandro Aniento, enfermero y fisioterapeuta, emprendió su camino en el mundo de la fisioterapia hace menos de un año. Es uno de los treinta zaragozanos que decidieron montar su propia empresa en este sector el año pasado. “Tengo arrendada una sala de un centro de día para tratar a los pacientes con ictus, pero también puedo encargarme de otros tipos de clientes”, explica Aniento.


Alejandro está encantado con los resultados que está obteniendo en tan poco tiempo. “Ahora estamos cambiando el modelo de negocio con tres fisioterapeutas más, cada uno de ellos especializados en una rama: mujeres embarazadas, deporte y terapias articulares”, comenta Aniento. Con esta reapertura van a arrendar otra sala más del centro de día y esperan conseguir grandes resultados porque a pesar de la crisis y la competencia sus clientes siguen creciendo cada día.


La competencia del sector

En cuestión de precios no hay nada escrito. Sin embargo, sí que notan que muchas empresas compiten por conseguir nuevos clientes. “Para que una sesión sea rentable se tienen que cobrar unos 35 euros, sin embargo, hay gente que está rebajando estos precios, pero sin ofrecer la misma calidad”, explica Aniento.


Él mismo ha vivido situaciones de este estilo. “Contactamos con una organización de carreras populares para hacernos un poco de publicidad y quedamos con ellos en que realizaríamos bonos de descuento para los que acudieran, sin embargo, cuando llegamos otra consulta también ofreció sus servicios y vendió bonos dos euros más baratos”, comenta Alejandro Aniento. Además, destaca que si hubieran sabido que había más empresas no hubiera participado para no hacerse competencia. “Hay muchas carreras en Zaragoza”, sentencia.


Sin embargo, no siempre es así. Aniento subraya que colaboran con otros centros que tienen más medios. “Derivamos pacientes para hacerles determinadas pruebas o terapias y luego vuelven a su consulta de origen”, asegura.


El intrusismo, otro problema de la profesión

La aparición de quiromasajistas, quiroprácticos y osteopatas ha producido que la clientela de los fisioterapeutas se vea reducida. “Ellos acuden a unas academias en las que les enseñan una serie de técnicas y forman sus propias consultas, pero no son legales”, señala Garay.


De la misma opinión es Tatiana Vicente, fisioterapeuta en Teruel desde 2006. Para ella el intrusismo es el mayor problema de la profesión, ya que desde que comenzó la crisis ha notado cómo ha ido subiendo progresivamente. “Además, bajan mucho los precios, una hora de tratamiento que suele costar unos 30 euros, ellos lo pueden estar cobrando a 20,15 o incluso menos”, apunta Tatiana.


Por ello, desde 2010, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón realiza cada año una campaña. Con ella pretenden mostrar a los ciudadanos las diferencias existentes entre un profesional sanitario y un pseudoprofesional.