UNIVERSIDAD

Medicina, Odontología, Inef y Fisioterapia son las carreras más solicitadas

Hubo 16 aspirantes por cada plaza de médico ofertada en Zaragoza y 9 en las de dentista o Ciencias del Deporte en Huesca. En la capital aragonesa se registraron 1.002 peticiones para 160 puestos de Enfermería. La Universidad asegura buscar el equilibrio entre la demanda y los recursos disponibles.

Estudiantes se examinan de Selectividad
Más de 4.700 aragoneses empiezan la Selectividad
JAVIER CEBOLLADA/EFE

¿Puede ser tan difícil acceder a unos estudios universitarios como aprobar unas oposiciones? En algunos grados de la Universidad de Zaragoza, sí. Es el caso de los estudiantes que este año han aspirado a ser admitidos en Medicina, Odontología o Ciencias de la Actividad y el Deporte (Inef). Entre los futuros galenos, 17 alumnos se disputaban cada plaza en Zaragoza y otros 10 luchaban por cada vacante en Huesca.


Para todos estos estudios se pedía más de un 10 -la actual Selectividad permite que los alumnos saquen hasta un 14, añadiendo 4 puntos con varias preguntas voluntarias para subir nota-, y en el caso de Medicina la calificación que se fijó superó el 12.


La 'hazaña' de quienes optaban a los grados más demandados comenzó en la propia Selectividad: quienes no luchasen por esos 4 puntos de más no tendrían posibilidades de entrar. Pero el viaje no terminó aquí, y cientos de preuniversitarios han visto, un año más, cómo terminaban quedándose sin plaza en los estudios deseados.


Las notas de corte han ido bajando algunas décimas desde que se abrió el proceso de inscripción (Medicina ha terminado por pedir alrededor de un 11,6 y Arquitectura ha pasado del 11,084 al 10,664 de hace unos días), pero solo unos pocos han recibido, por fin, la esperada llamada que les sacó de la lista de espera.


El expediente manda

El expediente académico manda, sobre todo en las carreras biosanitarias. Este año ha habido 3.780 jóvenes de toda España que solicitaron entrar en Medicina en Zaragoza en primera opción (hay 3 opciones que se ordenan por orden de preferencia), pero solo se ofertaban 224 plazas. Es decir, había 16,875 aspirantes por cada silla de Medicina. No todos tenían un propósito firme de entrar en esta Universidad, ya que en este grado se suelen marcar varias facultades españolas con la esperanza de entrar en alguna, pero la cifra es impresionante.


Lo mismo ha ocurrido en Medicina en Huesca, donde 651 jóvenes optaban a uno de las 65 puestos (10 aspirantes por plaza) o en Odontología, también en Huesca, que registró 334 solicitudes de primera opción para una de los 36 vacantes. Es decir, 9,27 candidatos por cada una de ellas.


Y la lista continúa: 9 estudiantes luchando por cada uno de los salvoconductos hacia su futuro de Ciencias de la Actividad y el Deporte (Huesca); casi 7 por cada puesto en Fisioterapia y más de 5 en el caso de Arquitectura, que oferta 70 plazas a las que en junio no era posible acceder si no se tenía más de un 11. En Enfermería en Zaragoza, 1.002 personas luchaban por 160 posiciones.


En total, se han presentado 49.226 solicitudes al campus público aragonés, aunque muchas se quedarán por el camino, a tenor de estos datos. Es cierto que la oferta de grados es muy completa y que más de 30 permiten el acceso con solo tener aprobada la Selectividad, como Economía o muchas ingenierías. Hay que reconocer, también, que esta oferta de estudios se ha complementado con la aparición de la universidad privada San Jorge.


Pero no es menos cierto que, en los últimos años, los números clausus de la Universidad de Zaragoza están entrando en conflicto con las vocaciones de miles de alumnos. Y no todo el mundo tiene dinero para costearse un último cartucho para el que, además, también es necesario gozar de un buen expediente: la universidad privada.


Recursos limitados

La Universidad insiste en que los numerus clausus no obedecen a ningún capricho, sino a la búsqueda de un equilibrio entre las posibilidades de la institución y la demanda. "Nos gustaría poder formar a todos los que desean entrar, pero no podemos asumir la educación de miles de personas por curso, como ocurre en Medicina o Enfermería, porque nuestros recursos son limitados", explica el vicerrector de Política Académica, Miguel Ángel Ruiz Carnicer.


"A partir de la realidad y valorando la demanda, cada facultad fija una cifra. Además, sobre las prácticas de algunos grados pesan normativas europeas, que no nos permiten sobrepasar unas ratios de profesor-alumno", añade.


La cifra se debate en el Consejo de Gobierno y después se eleva hasta la Comunidad Autónoma, que puede modificarla, como ha ocurrido estos años con Medicina. Por último, el Consejo General de Política Universitaria da el visto bueno.


Ruiz Carnicer admite que la Universidad quiere ampliar las plazas de algunas carreras, como en el caso de algunas de nueva creación, pero es difícil. "Para Periodismo o Biotecnología hemos fijado, de momento, 60 plazas de acuerdo al Espacio Europeo de Educación Superior, y tal vez podrían ampliarse. Pero a la vez hay que ser realistas. Con la actual financiación, proponer 120 plazas para el curso que viene sería un brindis al sol", finaliza.