Sanidad intenta frenar las listas de espera con su quinto plan de choque en 3 años

Oliván ha destinado hasta ahora al menos 5,5 millones en derivar a la privada y 2,6 en contratar médicos para operar por la tarde. Este último proyecto está dotado con 11 millones

En los tres años que el consejero Ricardo Oliván lleva al frente del Departamento de Sanidad, pocos asuntos le habrán causado más quebraderos de cabeza que las listas de espera, que han llegado durante su mandato a ser las más altas de la historia. Tras fracasar en cuatro ocasiones, Sanidad intentará de nuevo frenar las demoras con un quinto plan de choque que se prolongará hasta final de año. Eso sí, este mucho más ambicioso que los anteriores, ya que según anunció la propia presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, se destinarán más de 11 millones de euros (10 de ellos, para hospitales públicos) y se llevarán a cabo 10.560 operaciones extra.


Será el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, el que desgrane la próxima semana los detalles de este proyecto, que según han asegurado fuentes sanitarias se destinará también a reducir las demoras en consultas externas y pruebas diagnósticas. Se espera además que desvele las cifras oficiales de la lista de espera (llevan un año sin publicarse en su página web).


Él mismo se comprometió a actualizarlas antes de las elecciones europeas, pero a pesar de las duras críticas que recibió al incumplir esta fecha, se ha mantenido firme en su idea de no hacerlas públicas hasta no tener cerrado un plan de choque para reducirlas. Un proyecto que ante el gasto que suponía tuvo que pasar por la nueva unidad de gestión de control de Hacienda, que le ha exigido concreción y detalles sobre este plan.


No es la primera vez que pretende reducir las listas de espera con acciones específicas para ello. Tras frenar derivaciones y acabar con las peonadas –operaciones que se pagan como horas extras–, los pacientes que aguardan una intervención llegaron a niveles históricos y durante estos tres años Sanidad se ha gastado más de 8 millones en acciones específicas para controlarlas (al menos, las que se han hecho públicas). A principios de 2012, concertó 1.700 operaciones que costaron 2 millones de euros y un año más tarde, destinó 2,4 millones de euros para derivar 2.975 intervenciones a la privada.


En el último trimestre de 2013, Sanidad cambió de estrategia. Emprendió otro plan de choque –2,6 millones– a través del que contrató a médicos por la tarde en los hospitales públicos que hicieron más de 1.800 operaciones. El último intento por reducir lista de espera arrancó en marzo de este año. En esta ocasión, también se recurrió a las clínicas privadas (con 1.500 operaciones, con un coste de 1,1 millones). Ahora, habrá que esperar a comprobar cómo funciona este último.