Eva Orejuela y Pedro Cobo: "Seguiremos luchando"

Eva de 45, Pedro de 43 y sus hijos de 14 y 16 viven gracias a las ayudas de Cáritas. La pareja lleva cuatro años buscando trabajo para hacer frente a las deudas.

La familia de Eva y Pedro luchan desde hace cuatro años por salir adelante
La familia de Eva y Pedro luchan desde hace cuatro años por salir adelante

Vivir en la cuerda floja, sin ingresos y con deudas. Este es el panorama al que tienen que hacer frente Eva Orejuela de 45 años y Pedro Cobo de 42, con dos niños de 14 y 16 años, cada día desde hace cuatro años.


La situación de Eva ha cambiado mucho en los últimos años. Antes de que su marido la abandonara con sus dos hijos, regentaban un bar en Barbastro, localidad donde residen. En 2011 Eva sufrió no solo el abandono sino también la carga de los 21.000 euros de deuda derivada del bar y de una vivienda que ocultaba su marido. "Yo no sabía nada de las deudas, me dedicaba a limpiar y a servir en el bar. Yo sabía que no iba bien pero no tenía ni idea de las deudas porque era él el que llevaba las cuentas".


Esta oscense padece además una minusvalía psíquica del 40% desde que sufrió con 11 años un accidente en un autobús escolar, que también le produjo una lesión de fémur de por vida. "Cuando se fue me quedé sola con mis dos hijos y con todas las deudas. No podía hacer frente a aquello y tuve que cerrar el bar".


De esa forma, Pedro, el único empleado que trabajaba en el local y que, según descubrió Eva lo hacía sin contrato, también se quedó sin trabajo. Sin embargo los contratiempos unieron a estos dos oscenses que fueron apoyándose en la adversidad.

No hay trabajo


A día de hoy, la pareja lleva luchando por un empleo unos cuatro años pero únicamente han conseguido pequeñas ocupaciones temporales. "Lo he intentado por todos los medios, he llevado currículum a bares, a residencias, estoy apuntada en alguna ETT pero no me llaman de ningún lado", explica Eva.


Desde que cerró el bar tan solo ha trabajado como limpiadora en algunas empresas haciendo bajas o sustituciones que casi no llegaban al mes.


"Al principio teníamos que ir administrando el dinero y comprando cosas baratas: un poco de pollo...pero luego ese poquito que teníamos iba para la luz y el agua".


En cuanto a Pedro, había trabajado toda su vida en la construcción. Con la crisis se quedó sin trabajo y fue cuando comenzó en el bar. "En estos cuatro años tan solo ha podido hacer trabajos esporádicos y hace mucho que no lo llaman. Ahora solo hace 'chapucillas' por 5 euros", comenta su pareja. El tiene la suerte de percibir una prestación de 400 euros que finalizará en dos meses.


Gracias a ellos


Ellos como muchos otros han tenido que pedir ayuda. "Tenemos para comer, sobre todo, gracias a la ayuda de Cáritas y en especial a Carmen. Ella decidió apoyarme desde el principio y ha intentado conseguirme empleos", explica emocionada. Eva reconoce que se lo debe todo a las ayudas de la comarca, los servicios sociales, el colegio, los profesores, "que apoyan mucho a los niños" y a Cruz Roja. "Pero en Hacienda no me han dado facilidades para pagar la deuda", insiste.


Una deuda que ya ha ascendido a 31.000 euros y a la que tiene que hacer frente con una ayuda económica de 426 euros que consiguió en febrero y que cobrará hasta octubre. Un respiro para una familia que tiene claro que "no nos queda otra opción que seguir luchando".



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