El nuevo IVA artístico "no sirve de nada a los artistas modestos"

Miguel Tugores, presidente de la Fundación DeArte, critica la actual regulación tributaria en la cultura.

Obra expuesta en el recinto de Medinaceli DeArte.
Obra expuesta en el recinto de Medinaceli DeArte.

El Ministerio de Hacienda anunció a finales del pasado mes de enero una rebaja del IVA aplicado a la compra venta de arte. De esta forma, las galerías podrán tributar con un régimen general (al 21%) con sus correspondientes desgravaciones fiscales, o con un régimen especial, como ya podían hacer hace dos años. En este segundo caso, los galeristas comprarán las obras a los artistas con el actual tipo reducido de IVA (10%) y las venderán con un régimen situado en torno al 15,5% [porcentaje resultante de la media entre el IVA que aplica galerista (21%) y el artista (10%)].


Sobre el papel, esta medida significa una ayuda para el sector de las galerías de arte que antes de la modificación del IVA cultural ya languidecía como consecuencia de la crisis económica, “pero en la práctica no lo es tanto”. “Es cierto que supone una ínfima mejora, pero no soluciona el problema, ni mucho menos”, indica Miguel Tugores, presidente de la Fundación DeArte y director de la galería Medinaceli DeArte.


En su opinión, esta medida es positiva para los artistas consagrados, “los que venden sistemáticamente”, pero sigue condenando a los autores modestos, a quienes esta reforma “no les ha servido de nada”.


Tugores indica que en las galerías artísticas las modificaciones del tipo impositivo del IVA “no han afectado mucho”. ¿Por qué? “Porque antes de que el Gobierno subiera los impuestos ya estábamos contras las cuerdas, las ventas ya habían bajado mucho”, asegura.

Mismo IVA para toda la cultura

El galerista es partidario de que la única solución para revertir la situación del sector del arte en particular, y el de la cultura en general, es reducir el IVA, “incluso eliminarlo”, para así alcanzar una recompensa que lleva más de “de 20 años” buscando: eliminar la catalogación de lujo de los productos artísticos.


“Tendría que igualarse todo lo que sea cultural. Debería fomentarse el consumo de cultura en este país, que tan retrasado está en comparación con países como Francia o Inglaterra”, afirma Tugores.


Su propuesta recoge entre otros aspectos la idea de eximir de estos gravámenes a aquellos cuadros que no cuesten más de 1.000 euros o a los libros de pequeñas tiradas, de forma que “se compense el trabajo de los artistas más modestos en lugar de recaudar a costa de ellos”.


Sin embargo, el galerista no cree que el actual Gobierno “esté por la labor, como tampoco lo estuvieron los anteriores”.