Heraldo del Campo

"La agricultura familiar es la única que nos da legitimidad"

Ha dirigido la organización agraria UPA en Aragón desde que nació "de la nada" en 2001. Ahora ha vuelto a ser elegido por unanimidad para liderar el sindicato otros cuatro años en los que quiere, sobre todo, ver rejuvenecer al sector agropecuario.

José Manuel Roche, secretario general de UPA-Aragón
"La agricultura familiar es la única que nos da legitimidad"

Ha vuelto a ser reelegido secretario general de UPA-Aragón. ¿Es una apuesta por la continuidad, no había alternativa?

Este es un proyecto que yo y un equipo de gente joven comenzamos en 2001 y a la vista de su evolución el sindicato ha considerado que yo era la persona que tenía que seguir liderando la organización durante los próximos cuatro años. También es cierto que al igual que en los momentos dulces y de bonanza en los que todos queremos seguir al frente de nuestras responsabilidades, en los momentos difíciles como el que está atravesando el sector hay que continuar y seguir dando el callo.


¿Después de once años en el cargo, le quedan ideas nuevas?

Siempre hay ideas nuevas. Además, para mí es la tercera renovación, pero ha habido cambios importantes dentro la ejecutiva, en la que se han incorporado ocho jóvenes, agricultores profesionales, hombres y mujeres que seguro que van a aportar muchas ideas de revolución y renovación al sindicato.


¿Cuáles son las líneas que van a marcar su hoja de ruta en este nuevo mandato?

Por supuesto no vamos a dejar de lado cuestiones tan importantes como la reforma de la PAC, pero hay dos temas claves en los que consideramos que tenemos que trabajar especialmente. Uno de ellos es la dignificación del trabajo agrario ante la sociedad. Este es un sector cuyo futuro va a depender de la opinión de los ciudadanos y estos tienen que ver a los agricultores y ganaderos como aliados, como productores de alimentos, como protectores del medioambiente y como factor clave para evitar la despoblación del medio rural. También vamos a seguir trabajando duro para potenciar el relevo generacional en el sector. Si en los próximos años no somos capaces de hacer políticas que ayuden a la incorporación de jóvenes, al sector agrario de Aragón le quedan poco más de dos décadas.


En los últimos años ha habido una gran demanda de jóvenes que quieren ser agricultores y ganaderos. ¿La crisis ha convertido a este sector en un sector refugio ante las escasas posibilidades de encontrar empleo en otras actividades?

No, no es una opción refugio, todos sabemos que el sector agrario también está atravesando una situación complicada, pero desde las organizaciones agrarias, por lo menos desde UPA, hemos intentado dignificar la profesión generando así un efecto llamada para que los jóvenes vuelvan al campo. Falta, sin embargo, una apuesta más decidida de la administración para que esa incorporación sea definitiva. Las ayudas son totalmente insuficientes. Por ejemplo, en Francia un joven recibe 120.000 euros por incorporarse a la actividad agraria, cuando en Aragón y en España están cobrando una media de 35.000 o 40.000 euros. No ayuda tampoco la reforma de la PAC que lejos de incentivar la incorporación de jóvenes, la está frenando.


Pero es prácticamente imposible ser agricultor si no se procede de familia agraria.

Es cierto que en estos momentos si una persona no tiene una explotación agraria detrás es prácticamente imposible acceder al sector a no ser que opte por un sector ganadero con una inversión mínima. Y aún así lo tienen difícil.


La sucesivas reformas de la PAC tampoco ayudan.

Lo hemos intentado incansablemente en Bruselas, a través de las reformas de la PAC, pero mientras la política comunitaria siga primando a aquellos que no tienen relevo, a aquellos que cobran las ayudas aunque no cultivan la tierra... no se podrá dar paso a jóvenes, o no tan jóvenes, que quieren orientar su vida laboral en el sector agrario pero no tienen nada que ver con él.


En vuestro último congreso insistíais en el futuro de la agricultura familiar. ¿Por qué este apellido, es distinta la agricultura si es familiar?

Sí, el 85% de la explotaciones aragonesas están clasificadas como agricultura familiar, que no es otra cosa que aquella agricultura que está ligada al territorio, cuyos propietarios trabajan y viven de la tierra y de la producción de alimentos. La agricultura familiar no es esa persona que única y exclusivamente cobra las ayudas de la PAC, ni tampoco los grandes latifundios cuyos propietarios viven en las grandes ciudades. Pero no es tampoco una cuestión de tamaño ni de rentabilidad, porque la agricultura familiar no es uno que tiene 10 hectáreas, es también esa propiedad familiar que engloba, por ejemplo, una explotación de 300 hectáreas, una granja de cerdos, y una de conejos, que además exporta y crea empleo.


UPA insiste en su defensa, ¿es que está muy atacada?

No, pero hay que defenderla porque es lo que legitima al sector. La sociedad tiene que entender la agricultura no como una fábrica de hacer alimentos, sino como un sector que genera empleo, riqueza y está asentado en el medio rural. De cara a potenciar las ayudas públicas, que tan mal vistas están sobre todo por los países del norte europeo, es necesario potenciar la defensa de esta agricultura y así lo ha entendido la ONU que ha declarado este año como año internacional de la agricultura familiar.


En el Congreso de UPA, el consejero de Agricultura anunciaba que habrá elecciones al campo en el primer semestre de 2015. ¿Teme que se plantean un proceso similar al nacional que su organización rechaza y va a llevar a los tribunales?

Tenemos un borrador del anteproyecto que se nos remitió hace un mes para que hiciéramos alegaciones. Tiene aspectos que no nos gustan como la posibilidad de que voten todos los que cobran más de 3.000 euros de ayudas PAC, sean profesionales agrarios o no. Después de tantos años pidiendo unas elecciones está bien que se comience a poner fecha para celebrarlas, pero no sé si es oportuno que estas se celebren justo el mes antes de las elecciones autonómicas y municipales. Hay mucho que aclarar todavía y esperamos que el consejero nos explique cómo va a ser el proceso, cuándo y en qué condiciones.


El sector agrario tiene muchos frentes abiertos, ¿cuál es el que más le preocupa?

No voy a incidir en el relevo generacional ni en la PAC, porque hay otro problema que nos preocupa mucho: tenemos unos elevados costes de producción pero recibimos unos precios muy bajos por lo que producimos. Es necesario trabajar en mecanismos que actúen sobre el mercado y permitan al agricultor cobrar un precio justo. Esta herramienta la teníamos encima de la mesa con la ley de la cadena alimentaria, pero esta ha salido adelante muy descafeinada y no aborda situaciones tan perjudiciales para el sector como la venta a pérdidas o los márgenes comerciales. Hay otra cuestión en la que UPA va a insistir. En los últimos años se nos exige desde Bruselas el cumplimiento de unos estrictos requisitos de bienestar animal, de trazabalidad, de seguridad, medioambientales... que encarecen mucho los costes de producción, pero luego no se compensa en los precios. Y lo peor es que después vemos que se están firmando acuerdos bilaterales con países terceros en los que los productos agrarios entran como moneda de cambio, pero lo hacen sin cumplir ninguna de esas exigencias. Con eso no podemos competir.


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