Los casos más graves de ciberacoso se detectan en el primer ciclo de la ESO

El 10% de los jóvenes de entre 13 y 16 años reconoce haber sufrido 'ciberbullying', según la última encuesta de la OCU.

Los efectos del acoso escolar pueden durar durante años
Los efectos del acoso escolar pueden durar durante años

Las denuncias por ciberacoso entre adolescentes han aumentado en Aragón de tal manera, que el inspector Tomás Tajada reconoce que sus compañeros del Grupo de Menores de la Policía Nacional están "desbordados". A falta de datos concretos, desvela que las investigaciones abiertas por el fenómeno conocido como ciberbullying son "bastante numerosas y que las denuncias aumentan mes a mes".


Según la última encuesta de la OCU sobre el tema, el 10% de los jóvenes de entre 13 y 16 años reconoce haber sufrido ciberacoso en algún momento, aunque los casos más graves detectados en Aragón suceden en los primeros cursos de la Educación Secundaria Obligatoria, según informa el delegado de Participación Ciudadana de la Policía Nacional en Aragón. Incluso en los últimos años de Primaria es posible ver indicios, según avisa el inspector Tajada, actor clave del Plan Director en Aragón para la Convivencia y Mejora de la Seguridad en los Centros Educativos y sus Entornos.


El hijo de Adela es un claro ejemplo. Esta madre de nacionalidad rumana prefiere no desvelar el nombre de su hijo, pero relata que el año pasado tuvo que acabar cambiando al niño de colegio, cuando aún estaba en Primaria. El hecho de ser extranjero, de tener más problemas que los demás con los deberes y de ser un niño más activo de lo normal, le llevó a convertirse en el centro de las burlas de sus compañeros. "No solo le pegaban en el patio, sino que le insultaban en los chats y ni siquiera podía estar tranquilo en casa. Le notábamos triste, pero él nunca contaba nada. Hasta que un día salió del colegio llorando porque le habían escondido la mochila. A partir de ahí nos fuimos enterando de todo lo demás pero la situación, en vez de solucionarse, se prolongó y empeoró durante varios meses" recuerda esta madre. Adela reconoce que no sabe utilizar un ordenador, pero que su hijo es ya muy hábil en internet, tiene tableta, teléfono móvil y usa las redes sociales.

Qué es el ciberacoso

Las estadísticas sobre el tema revelan que un 20% de los menores ha sido víctima o agente activo en un caso de ciberacoso. Pero ¿A partir de qué momento se considera ciberbullying y qué falta acarrea cometerlo? El ciberacoso es el reflejo del maltrato escolar en los medios tecnológicos. Un maltrato psicológico y emocional reiterado entre adolescentes de la misma edad que surge en el entorno escolar y se traslada a las redes sociales. "Personas que por sacar buenas notas, tener una personalidad característica o vestir distinto a los demás, se convierten en chivos expiatorios y son víctimas de humillaciones, desprestigios o falsos rumores" explica el inspector Tajada. Los maltratadores no tienen por qué ser el 'típico matón' de las películas, sino que según matizan desde la Jefatura, lo habitual es que el acoso se convierta en un comportamiento colectivo. Varios acosan y muchos ven y callan. "Las chicas son especialmente dadas a humillar y desprestigiar", desvela este inspector de Zaragoza.


Otro caso de Zaragoza, que también culminó con el cambio de centro educativo, es el de Teresa. Según cuenta su madre, pasó de ser una de las niñas más populares de su clase en segundo de la ESO, a ser totalmente despreciada por sus compañeras. Crearon perfiles falsos suyos en la red, hicieron parecer que ella confirmaba cosas que eran falsas, soltaron rumores sobre ella… y terminaron hundiendo su imagen en todo el curso.

Alternativas al cambio de colegio

Desde la Policía se muestran contrarios a que la víctima cambie de instituto, porque consideran que así no se soluciona el conflicto. Dentro del Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad en los Centros Educativos, el grupo de Participación Ciudadana ofrece charlas a alumnos, padres y profesores en colegios y asociaciones de barrios. A los chavales, les hacen saber que acosar a un compañero a través de las redes sociales es delito y les dejan claro que el anonimato no existe, que siempre se deja un rastro detectable por los cuerpos de seguridad. Además, les insisten en que tanto las víctimas como los testigos, deben denunciar los abusos y humillaciones. A los padres, Tajada les da herramientas para detectar situaciones de riesgo y les recomienda un control en el uso de internet de los hijos y una buena comunicación familiar.

Consecuencias

La mayor parte de los acosadores en edad escolar piensa que está gastando bromas y que sus acciones no van a tener consecuencias. Sin embargo, las prácticas del ciberacoso se consideran infracciones penales. Según su intensidad, las circunstancias y las consecuencias, estas infracciones pueden constituir delitos o faltas y acarrear multas y trabajos comunitarios para los menores. Generalmente se quedan en faltas relacionadas con amenazas, injurias y calumnias.


Las víctimas pueden sufrir trastornos psicológicos, falta de autoestima y suelen volverse introvertidos. Algunos casos en España han terminado en suicidio. En 2013, la asociación sin ánimo de lucro Protégeles gestionó una decena de casos graves de ciberacoso en Aragón. La mayor parte en Zaragoza.


La Policía Nacional ha puesto en marcha una campaña contra el acoso escolar en las redes sociales bajo el hashtag #NoAlAcosoEscolar. Víctimas y testigos pueden denunciar casos de ciberacoso a través de su cuenta oficial.