El Segura y el Júcar piden más caudal en el nuevo PHN sin mencionar el trasvase del Ebro

Sus planes hidrológicos reclaman esos recursos sin citar el trasvase del Ebro, pero la única forma de dárselos es la desalación o llevar agua de otras cuencas.

Los planes de cuenca del Segura y el Júcar reclaman 725 hectómetros cúbicos (hm3) anuales al nuevo plan hidrológico nacional (PHN) que ha anunciado el Gobierno central a través del ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete. Ambas demarcaciones piden esos recursos externos sin citar expresamente el trasvase del Ebro, pero la única forma de concedérselos sería la desalación -una alternativa muy cuestionada que no termina de dar los resultados esperados- o transferir agua desde otras cuencas.


En el caso del plan hidrológico del Júcar, la demanda de aportes externos se fija en 225 hm3, pero más sangrante todavía es la petición del Segura: como ya denunció este periódico, no solo reclama 480 hm3 al año, sino que lo hace contando con que se mantenga el trasvase que ya recibe desde el Tajo y anunciando sin tapujos la regularización de decenas de miles de hectáreas de regadíos ilegales.


Hay que recordar que Arias Cañete ha repetido hasta la saciedad que, antes de redactar un nuevo PHN "solidario" que garantice "agua de calidad y en cantidad" a todas las zonas de España, se deben aprobar los planes de cuenca, que son los que fijarán las necesidades de los distintos territorios. Eso significa que el contenido de esos documentos confeccionados en cada demarcación marcará la elaboración del futuro plan hidrológico nacional, lo que obliga a vigilar el proceso de planificación de las cuencas levantinas.


Un borrador que apenas cambiará


Tanto el plan de cuenca del Júcar como el del Segura están en fase de exposición pública, pero es poco probable que las alegaciones que se presenten durante esos seis meses introduzcan cambios sustanciales en la propuesta inicial de sus respectivas confederaciones.


El del Segura sostiene que ese territorio padece un déficit hídrico de 480 hm3 anuales. La cifra se calcula dando por hecho que el trasvase desde el Tajo va a seguir aportando 320 hm3 más, algo que no está nada claro debido a la oposición de Castilla-La Mancha, por lo que, siempre según esos cálculos, el déficit total asciende a 800 hm3.


El texto en ningún momento cita ni el trasvase del Ebro ni ningún otro, pero sí los reclama veladamente al subrayar que, por culpa de esa escasez de agua, "el grado de cumplimiento de los objetivos del plan de cuenca estará condicionado, en gran medida, por las determinaciones que establezca el plan hidrológico nacional y por la posibilidad de incorporar nuevos recursos externos".


El borrador del Segura también destaca que el déficit hídrico de la demarcación del Segura está asociado a la "sobreexplotación" de los acuíferos y a la "infradotación" del cupo de riego de los cultivos. No obstante, obvia que gran parte de esa situación se debe a la existencia de miles de regadíos ilegales, ya que, en lugar de luchar contra esos usos clandestinos del agua, lo que propone es regularizarlos.


Por su parte, el plan hidrológico del Júcar dedica uno de los artículos de su parte normativa a las "demandas no atendidas con recursos propios". Ese punto sostiene que en los sistemas Júcar y Vinalopó-Alacantí "no es posible atender con garantía todos los derechos de agua existentes, las redotaciones y los posibles futuros crecimientos de demanda (...) y cumplir con el régimen de caudales ecológicos establecido". Por eso solicita "el aporte de recursos cuyas características y procedencia serán determinados, en su caso, por el plan hidrológico nacional".


En ese mismo artículo, el plan detalla las zonas a las que irían a parar esos recurso externos y las cantidades de agua solicitadas, que en total suman 245 hm3 anuales.


Alegaciones de la DGA


La DGA está siguiendo muy de cerca la elaboración de estos dos planes de cuenca. Ayer mismo, la Comisión del Agua de Aragón aprobó las alegaciones que el Ejecutivo PP-PAR va a presentar a la planificación del Segura, y en las próximas semanas hará lo mismo con la del Júcar.


En el caso del Segura, la DGA exigirá la retirada del documento recordando que tanto la Ley de Aguas como la Instrucción de Planificación Hidrológica establecen que los planes de cuenca deben ceñirse al volumen de agua existente en cada demarcación, lo que significa que no pueden contar con la aportación de recursos externos y menos aún contemplar la legalización de regadíos clandestinos basándose en la llegada de esos recursos externos.


La garantía


El plan hidrológico del Ebro deja claro que no cabe un trasvase. Digan lo que digan los planes del Segura y el Júcar, el del Ebro descarta un trasvase. La aportación media del río se sitúa en 13.892 hm3 anuales, cifra que apenas basta para atender las demandas de la agricultura, la industria y los abastecimientos (8.385 hm3), las reservas estratégidas de Aragón y de otras comunidades (otros 1.050 hm3 que Arias Cañete se ha comprometido a respetar) y los caudales ecológicos del Delta (3.368 hm3 mas). Ayer, el Parlamento catalán rechazó el plan hidrológico del Ebro porque no recoge sus disparatadas exigencias sobre el Delta (Cataluña pedía de 7.300 a 12.700 hm3).