Vida

10 ideas para no amargarse

Los expertos dan algunas pautas para disfrutar de unos días de descanso con todo y a pesar de todo:

Las vacaciones son un tiempo donde uno cambia la actividad habitual. Eso ya es un descanso y un privilegio Es conveniente planificar cómo rellenamos o utilizamos ese tiempo libre. Ver qué presupuesto hay y buscar líneas más originales que hasta ahora no se han utilizado tanto (apartamentos de amigos, intercambios de pisos, cámpines…). En vez de comprar paquetes completos cerrados, buscar vuelos de bajo coste u hoteles más baratos. Adaptarse a lo que hay. Una persona es inteligente cuando es capaz de adaptarse a las nuevas situaciones. Se proponen experiencias interesantes que pueden resultar muy ilustrativas para los más jóvenes, como campamentos sin móvil u otros en los que se proponer vivir todo el campamento con 5 euros. Y aunque parezca mentira, la gente se lo pasa bien. Hay que cambiar la estrategia porque la realidad ha cambiado. Fomentar la solidaridad interfamiliar ayuda a encajar mejor la crisis y a unir a la familia. En muchos países la gente que es enormemente feliz con muy poco. Y nuestros abuelos eran felices paseando por el campo. Nos hemos construido unos equilibrios difíciles de sostener y egoístas. El dinero no necesariamente da la felicidad aunque contribuye a ello. Ahora hay mucha gente que se tiene que borrar del gimnasio o no puede viajar y está leyendo más, o redescubre la piscina local o vuelve a su pueblo. No hay que vivir nada de esto como algo degradante. Incluso los que se quedan sin vacaciones tiene que plantearse que son privilegiados frente a los que tienen que ir a Cáritas porque no llegan.