Más bollería industrial y menos bocadillos y fruta. Más videoconsolas y menos actividad física. La mala alimentación y la creciente vida sedentaria están llevando a la población infantil a tener una cada vez peor forma física, que puede derivar en un futuro en posibles problemas de salud.

El 35% de los niños aragoneses están por encima de su peso ideal, según revela el Ministerio de Sanidad en su último informe ALADINO (ALimentación, Actividad física, Desarrollo INfantil y Obesidad). Se trata de un porcentaje preocupante, aunque inferior a la media nacional, que asciende a 44,5%.

"Se trata de una cifra muy elevada, pero lo más preocupante es la tendencia al alza durante los últimos diez años. No se está consiguiendo atajar este problema", explica Fernando Martínez, jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Comarcal de Alcañiz y doctor en la Unidad de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Viamed Montecanal.

Los problemas de peso, que afectan en mayor medida a los chicos que a las chicas, han crecido cerca de un 4% a lo largo de la última década si se atiende a los datos recogidos por el Gobierno central entre 1998 y 2002. En la actualidad, la obesidad -que tiene lugar cuando el Indice de Masa Corporal supera los 30 puntos- no supera el 9% del total de la población infantil que está por encima de su peso ideal, mientras que el sobrepeso (entre 25 y 30) completa el resto de los casos.

Para Martínez, los motivos de este problema creciente son muy claros: "Hay dos aspectos básicos: los hábitos dietéticos y la disminución del gasto calórico. Cada vez se consumen más productos industriales ricos en hidratos de carbono y grasas, especialmente los niños. Han cambiado el bocadillo de toda la vida por el bollo".

Martínez pone un ejemplo clarificador: "Un niño de 10 años tiene que ingerir alrededor de 2.000 calorías al días, y una palmera de chocolate de tamaño medio tiene más de 400. Por no hablar de otros productos". Además, explica el doctor, "a esto debe añadirse el cambio radical que se ha dado en la alimentación en las casas, en las que se ha cambiado la comida variada y sana por pizzas y platos precocinados".

El otro aspecto que facilita estas patologías es la disminución del gasto calórico. "Si no hace ejercicio físico y quema las calorías ingeridas, lógicamente el niño cogerá peso", algo que "podrá repercutir en problemas de salud cuando sea adulto".

También el correcto descanso ayuda a mantener el correcto estado de forma. La prevalencia, indica Martínez, de sobrepeso y obesidad "aumenta a medida que los niños duermen menos tiempo". De hecho, el 60% de los niños que duermen menos de ocho horas está por encima de su peso ideal, mientras que esta cifra desciende al 40% en el caso de los niños que duermen más de diez horas.

Los adultos tampoco dan 'la talla'

A pesar de la dieta mediterránea, el porcentaje de obesidad entre los 25 y los 60 años en España (14,5%) es más elevado que en países del norte de Europa como Dinamarca, Suecia o Países Bajos, según un informe elaborado por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Aún así, el conjunto de la población española todavía no ha alcanzado los niveles de otros países como Estados Unidos, Canadá o Reino Unido.