Alimentación

La crisis puede causar un aumento de la obesidad

La compra de alimentos más baratos y, por tanto, con más calorías, unido a la denominada inseguridad alimentaria puede generar un repunte de esta enfermedad.

Expertos en nutrición y obesidad de la Universidad de Zaragoza advierten que la crisis económica puede causar un repunte de la obesidad, sobre todo en el colectivo más sensible que es el de los adolescentes.


Luis Moreno, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Salud y coordinador principal del grupo de investigación Genud de la Universidad de Zaragoza, explica que, entre el año 2000 y el 2008, las tasas de obesidad en adolescentes se habían estabilizado. Los datos obtenidos en un estudio realizado por el grupo Genud con dos grupos de 350 jóvenes de Aragón cada uno, revelan un estancamiento en los índices de masa y de grasa corporal en la década anterior al estallido de la crisis.


"Sin embargo -asegura Moreno- hay riesgo de que vuelva a aumentar". Los expertos relacionan directamente este peligro con la crisis económica, ya que, como explica el coordinador de Genud: "Muchas familias están perdiendo poder adquisitivo y eso implica que, por un lado, se compren alimentos más baratos que tienen más calorías. Y, por otro lado, que las actividades físicas, extraescolares, deportes, que resultan más caras se eliminen". "Es un mayor problema en los niños, ya que el adulto si quiere puede ir a correr al parque por su cuenta, pero un niño es mucho más difícil", añade Moreno.


"Son ingredientes para que esto se pueda producir, pero también hay que saber aprovechar las oportunidades", recuerda Luis Moreno refiriéndose a las posibilidades de educación y formación en alimentación.


La crisis económica puede generar además lo que los expertos denominan "inseguridad alimentaria" que, como explica el también presidente del comité científico del congreso de la SEN, implica que la gente que está perdiendo ingresos "vea que ahora puede comer, pero quizás dentro de un tiempo no, lo que puede provocar una mayor ingesta de comida ante el temor de no poder garantizar una adecuada alimentación a corto plazo".


En la XIV edición del Congreso de la Sociedad Española de Nutrición (SEN) que se celebra desde el miércoles hasta este viernes se tratan, además de estos temas, otros relacionados con enfermedades alimenticias.


La actividad física y la insulina

Otro de los aspectos que desde el grupo de investigación aragonés Genud, con datos procedentes del estudio HELENA, se ha presentado en este congreso es la relación de la actividad física sobre la insulina, como precursora de la diabetes.


En un estudio con más de 1.000 adolescentes, se ha comprobado que aquellos que realizan más actividad física, sobre todo de la catalogada como vigorosa o intensa, poseen menores niveles de resistencia a la insulina (precede a la diabetes tipo 2 y síndrome metabólico).


La actividad física parece ser una buena opción para tratar, al menos en parte, muchos problemas de salud como la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2.


Los lácteos y las enfermedades cardiovasculares

Por otro lado, durante el congreso, Silvia Bel, investigadora del grupo Genud, diplomada en Nutrición Humana y Dietética y Licenciada en Ciencia y Tecnología de Alimentos, ha revelado que la ingesta de leche y productos lácteos es inversamente proporcional a la patología cardiovascular en adolescentes europeos.


Es decir, la investigación ha demostrado que una mayor ingesta de leche reduce los indicadores de riesgo de eventos cardiovasculares, sobre todo en mujeres.


La solución pasa por la educación

Al margen de este Congreso, Luis Moreno recuerda que todavía no se tienen datos sobre el repunte de la obesidad, "tan solo se advierte del riesgo".


"Lo más importante ahora es mejorar y aumentar la prevención y la educación sobre una alimentación adecuada. La responsabilidad es conjunta tanto de padres como de colegios", concluye Moreno.