El sector del juego en Aragón cayó el último año un 8,4% lastrado por las pérdidas en bingos, casinos y tragaperras. Según los profesionales de esta industria la crisis afecta de diferente forma a los distintos tipos de apuestas. De esta forma, los aragoneses siguen confiando en un golpe de suerte en forma de boleto que les saque de los apuros económicos.

Tal y como muestran los datos del Ministerio de Hacienda, las ventas de Loterías y Apuestas del Estado (Lotería Nacional, Quiniela, Quinigol, La Primitiva, Bono Loto, el Gordo de la Primitiva y Euromillones entre otros) cercieron un 1,9% hasta alcanzar los 281 millones de euros.

Cada aragonés se gastó una media de 208 euros. La Lotería Nacional es el sorteo preferido por los apostantes con mucha diferencia sobre La Primitiva, que ocupa el segundo lugar, y Euromillones, en tercer puesto.

Por su parte, el cupón de la ONCE generó unas ventas de 36 millones, lo que supone un incremento del 10% respecto a 2010, el mayor registrado en el país. Como explica Ignacio Escanero, delegado territorial de la ONCE en Aragón, “los vendedores de la comunidad están obteniendo las cifras más altas de productividad y rentabilidad” de España.

Un impulso que se ha traducido en contrataciones en esta organización en Aragón: 184 en 2011 y 90 en lo que va de 2012.

Todo lo contrario a la situación que vive el sector del juego privado. Casinos, bingos y tragaperras entre otros perdieron el año pasado un 14,4% de sus ventas en la comunidad, y un 8,7% en el conjunto del país.

Los apostantes recortan en juegos con premios menores, y ponen sus esperanzas en grandes botes. Una tendencia que, unida a los efectos de la Ley Antitabaco, han provocado un goteo de cierres en el sector en Aragón. En cifras globales, el juego privado recaudó 486 millones de euros el año pasado, 81 menos que en 2010.