FIESTAS DE SAN ROQUE

«Aquí no hay fiestas si no hay vaquillas»

Los vecinos de Pina de Ebro inauguraron ayer sus tradicionales actos taurinos en honor de San Roque.

La mañana en Pina de Ebro comenzó ayer con los encierros en la plaza de España.
«Aquí no hay fiestas si no hay vaquillas»
ASIER ALCORTA

Pina de Ebro es un pueblo de tradiciones y algunas de ellas, como los festejos taurinos en las fiestas patronales, forman parte ya de la cultura de esta localidad zaragozana. Como decían ayer los vecinos de Pina: «Aquí no hay fiestas si no hay vacas». Basta con leer la programación de San Roque para confirmar lo dicho y contar hasta un total de quince actos dedicados a las vaquillas. Todos ellos se llevarán a cabo durante 4 días, que empezaron ayer y finalizarán el próximo sábado.


La afición es tan fuerte en el municipio que a más de uno no le importa madrugar, «si podemos nos gusta ver las vaquillas de las 8 de la mañana y luego las del mediodía», comenta Teresa Romero, de 44 años y natural de Pina. Y a otros no les costaba ningún esfuerzo llevar más de 24 horas sin dormir. «La noche ha sido genial con el concierto del dj Fano. Ahora toca torear, aunque con cuidado y desde la acera si son vaquillas grandes», dice Domingo Mendoza, de 16 años.


Algunos tienen incluso su particular ritual alrededor de esta actividad, como es el caso de Isabel Bonache. «A mí me gusta vivir la fiesta de día. Por eso voy al primer encierro y después me tomo un café con mi familia hasta que llega la hora de las siguientes vaquillas. Y por supuesto tampoco me pierdo el toro de fuego», asegura esta pinera que hoy cumple 45 años y que los celebrará pagando el desayuno a sus hermanas y tíos.


En Pina de Ebro se transmite esta costumbre de generación en generación y por eso desde niños se les enseña a disfrutar del arte del recorte. «Nos encantan las vaquilla s porque cuando éramos pequeñas asistíamos a los encierros acompañadas por nuestros padres y ahora continuamos, pero ya solas», señalan Melisa Lorés e Itziar Delcazo, ambas de 15 años, mientras ven pasar un novillo protegidas por el muro de la plaza de España.


Ya sea para niños o adultos, ya se trate de encierro chiqui o toros embolados, cualquier modalidad gusta en Pina de Ebro. Incluso engancha a aquellos que proceden de otra cultura. Alejandra Duarte llegó de Argentina hace 9 años y reconoce que quedó «fascinada» la primera vez que presenció un encierro. Junto a ella se encontraba su amiga Carolina Rodríguez, que confesaba ser también una «apasionada de las vaquillas».

Castillos para los niños

Entre vaquilla y novillo, también hubo espacio para que los más pequeños de Pina de Ebro pasaran un buen rato e hicieran sus peculiares recortes en los castillos hinchables. «Tenemos tiempo para disfrutar de todas las actividades y para los niños esto está muy bien porque se distraen», contaba Sonia Salgado, que había ido con su hija Valeria, de 3 años, a la fiesta infantil organizada en el pabellón.


La tarde, como no podía ser de otra manera, contó con su momento taurino en la plaza de toros del municipio. En esta ocasión, las protagonistas fueron las majas de 2011 porque en esta jornada es habitual que salten al ruedo con roscadero en mano, siempre y cuando el 'bicho' no sea muy grande. «Todos los años, las seis majas salimos a torear con el roscadero», explicaba la maja Jesica Redrado, de 17 años. Sin embargo y por mucha devoción que exista, otras prefieren disfrutar de la fiesta desde el burladero. «A mí me dan miedo, así que no voy a salir a torear», afirmaba Pilar Ocaso, otra de las majas.


En el día de hoy, las calles de Pina de Ebro volverán a ser el escenario de varios encierros. Pero además, la música adquiere un especial protagonismo con un concierto café a cargo del grupo de variedades Marian Nadal. Por la noche, el sonido del dj Coloma amenizará la fiesta temática sobre los años 80. Los festejos en honor de San Roque continuarán hasta el sábado, cuando explote la traca final.