Las Delicias

San Roque del 5 al 13.09.09

Quinientos kilos de arroz para 7.000 bocas. Este es el reto que desde la comisión de Fiestas de Las Delicias se había planteado y que consiguieron alcanzar ayer. Miles de personas se concentraron alrededor de una paella gigante preparada por los cocineros de Joma con la ayuda del centro comercial Augusta y de Carrefour.

Las comidas populares son unos de los actos más esperados y atractivos en cualquier fiesta patronal. Siempre suponen un día señalado en el calendario. En el barrio zaragozano de Las Delicias, ese día fue ayer. Sin embargo, en pocos sitios alcanzan las dimensiones que tuvo esta. De la paellera gigante llegaron a salir 7.000 raciones. Además, el menú incluía pan, una pieza de fruta y un refresco o cerveza. Todo, por el módico precio de cero euros. La expectación era máxima.

"Aunque estemos en crisis hay que hacer un esfuerzo para poder organizar este tipo de actos", comentó Carlos Sanz, presidente de la comisión. "La gente responde muy bien", añadió.

Eso es algo que ayer se puso de manifiesto. La comida no estaba programada hasta las 14.00, pero según aseguró Carlos había gente esperando desde las 12.30. Una hora después, la fila había aumentado considerablemente y rodeaba el espacio en el que los cocineros se encontraban trabajando. "Esto crece cada minuto", comentó uno de ellos.

Pero hubo gente que madrugó un poco más. Las señoras que encabezaban la cola llegaron a la explanada del parquin del centro comercial Augusta a las 10 de la mañana. Tuvieron que esperar cuatro horas al sol, pero iban preparadas con sus gorros. Aunque alguna más despistada tuvo que recurrir a una de esas bolsas de plástico ya en peligro de extinción para protegerse la cabeza. Al final la espera mereció la pena.

Cómo hacer una paella gigante

Más de 500 kilos de arroz fueron necesarios ayer para elaborar la paella. Pero el plato aparte de ser muy grande tenía otra peculiaridad: era muy aragonés. "Se ha elaborado con productos de la tierra", comentó el presidente de la comisión.

Según explicó el cocinero, Mariano Moros, el arroz era del Pirineo y se condimentó con pollo, conejo y costilla de cerdo. Luego se le añadió el marisco, que no debía de ser muy de la tierra, y unos guisantes para decorar. Desde las 9 de la mañana llevaban trabajando los cocineros. "Pero el arroz tarda en hacerse lo mismo que en casa, 20 minutos", señaló Mariano.

En la explanada colocaron dos paelleras, una grande y otras dos más pequeñas. Primero, se preparó la de mayor tamaño y un poco después encendieron el fuego de las otras dos. Así intentaron evitar que los últimos de la fila tuvieran que comerse el arroz frío.

La comida estuvo amenizada por una actuación de malabares que entretuvo a los asistentes hasta que a las 17.00 salieron los cabezudos desde ese mismo sitio.