Ha comenzado la recolección de fruta en Aragón y las previsiones para la cosecha ya apuntan a descenso. La producción total estimada por UAGA suma las 490.000 toneladas, un 11% menos que en la pasada campaña. Y eso, señalan desde la organización agraria, que se espera que la producción de cereza se acerque a los 12.800 toneladas, una cifra que supera en un 15% la del pasado año y se sitúa por encima de la media de los diez últimos años. Este aumento, sin embargo, no ha podido compensar, según estas previsiones, la caída de producción prevista en melocotón, nectarina, albaricoque, ciruela y manzana, donde los descensos oscila entre el 5% y el 20%.

Los caprichos del clima, que provocaron temperaturas atípicas tanto en invierno como en primavera, explican está situación, según destacó el responsable del sector de fruta y del área de relacionales laborales de este sindicato agrario, Vicente López. “Los árboles están desconcertados porque casi ha hecho más frío en abril que en diciembre”, señaló.

Pese a todo, UAGA estima que, como en años anteriores, la campaña propiciará la contratación de unos 15.000 trabajadores, aunque el grueso del empleo se centrará en la campaña de cereza, una cultivo que además es intensivo en mano de obra, mientras que sufrirá un ligero descenso sobre todo en el aclareo y recogida del resto de especies frutícolas.

No es, sin embargo, la caída de la producción lo que más preocupa al sector, que “pasa por un momento delicado y de moral baja”, en palabras de López. Está será la tercera campaña con las fronteras rusas cerradas a la producción europea, y eso, y lo saben los productores por experiencia, tiene un efecto letal en los precios. “El problema -recordó el sindicalista- no es tanto la cantidad de fruta aragonesa que se destinaba a ese país, sino la cantidad de fruta europea que inunda el mercado porque no puede llegar a ese país”. A ello se une otro temor: Turquía y la posibilidad de que la Unión Europa abra sus puertas a sus enormes producciones en compensación por su papel en el conflicto de los refugiados.

Ante esta situación, UAGA insistió en la necesidad de que Bruselas aumente los cupos y los precios de retirada y exige al Gobierno español que estudie medidas para regular el incremento de plantaciones que procedan de capital no agrarios. Sin olvidar, insiste la organización agraria, la urgencia de que el Ejecutivo destine “suficientes recursos” llevar a cabo campañas eficaces de promoción de fruta dulce ante la constante e imparable caída del consumo en estos productos.