Los agricultores temen que un desembarco de fruta turca en la UE hunda más los precios

Denuncian que vuelven a ser los perjudicados de un conflicto geopolítico, ahora entre Ankara y Moscú.

Protesta protagonizada por fruticultores aragoneses en el verano de 2014 para denunciar las medidas por el veto ruso.
Protesta protagonizada por fruticultores aragoneses en el verano de 2014 para denunciar las medidas por el veto ruso.
P.P.

Los fruticultores españoles miran con preocupación, e incluso temor, el impacto que una nueva y lejana crisis geopolítica, ahora entre Moscú y Ankara, pueda tener sobre sus producciones. Tienen experiencia. Las sanciones que la Unión Unión Europa impuso a Moscú por el conflicto con Ucrania tuvieron como contestación el cierre de las fronteras rusas a determinadas producciones agrarias (especialmente hortofrutícolas) procedentes de los socios comunitarios, lo que provocó la saturación del mercado europeo y el desplome de los precios.


Cuando se ha cumplido casi año y medio de un boicot que se mantendrá vigente, al menos, hasta agosto de 2016, en el sector agrario han vuelto de despertarse todas las alarmas ante la decisión de Rusia de prohibir, a partir de enero de 2016, las importaciones hortofrutícolas turcas (tomate, cebolla, coliflor, brócoli, pepino, uva, manzana, pera, albaricoque, melocotón, ciruela, fresa, naranja y mandarina), en respuesta al derribo –el pasado 24 de noviembre– de un bombardero ruso en la frontera con Siria.


Los agricultores temen que toda esta producción termine en el mercado europeo, con el beneplácito de la canciller alemana Angela Merkel, que se ha mostrado partidaria de ayudar y el ingreso de Turquía en la UE de Turquía a cambio de que este país contenga la llegada de refugiados sirios a Europa.

"Gran preocupación"

"Hay mucha preocupación, pero lo primero que hay que denunciar es que no se entiende que de nuevo se vuelva a utilizar la agricultora como moneda de cambio en las negociaciones políticas", lamenta Vicente López, fruticultor y responsable de esta área en UAGA. López insiste en que la producción turca es "una amenaza tremenda" para los productores aragoneses y, por extensión, europeos. "Tiene una mayor superficie y son capaces de producir fruta de hueso y tropical", explica el representante de UAGA, que advierte que si la UE abre sus puertas sin condiciones a estas exportaciones "se volverá a colapsar el mercado y los precios se hundirán todavía más".


Y es que las exportaciones de frutas y hortalizas de Turquía a Rusia ascendieron en 2014 a 1.333.000 toneladas, por un valor cercano a 875 millones de euros.


Desde Asaja Huesca, su presidente, Fernando Luna, asegura que existe "mucha preocupación". Reconoce incluso que la decisión de Rusia de cerrar su mercado a Turquía también perjudica a los fruticultores europeos y españoles, ya que una parte de la producción europea vetada por Moscú lograba llegar a este país de la mano de operadores turcos, que la adquirían a través de Italia.


Pero Luna prefiere ver el lado positivo de las nuevas alianzas que están surgiendo como consecuencia de la lucha contra el terrorismo yihadista. "El acercamiento entre Francia y Rusia (en los bombardeos al Estado Islámico en Siria) abren la posibilidad de que Moscú suavice su boicot a la UE", señala el presidente de Asaja Huesca. O al menos, matiza, que abra sus fronteras a las producciones francesas, "lo que propiciará un alivio para el colapsado mercado europeo".

Fuerte competencia

Luna se muestra convencido además de que aunque las producciones turcas son "una fuerte competencia" para España, los mercados europeos "van a seguir buscando la calidad, trazabilidad y seguridad de la hortofruticultura española". Muy crítico se muestra también el secretario general de UPA Aragón, José Manuel Roche, que ha aprovechado una visita a París con motivo de la celebración de la cumbre mundial del clima para mantener un encuentro con la FNSA –la mayor organización agraria del país vecino– y las cámaras agrarias francesas para contrastar la preocupación del sector por el nuevo veto ruso, ahora a los productos turcos, y las perturbaciones que ello puede crear a los fruticultores aragoneses.


"Otra vez los agricultores vuelven a ser los paganos de una decisión política en la que nada tienen que ver", destaca Roche, que considera que "sería una grave equivocación" que la UE abriera las puertas de su mercado "de par en par" a Turquía.


Como el resto de los representantes de las organizaciones agrarias aragonesas, el líder de UPA en Aragón advierte de que dado que los costes de producción son menores en aquel país, "sus producciones son también más baratos, por lo que los precios aún se desplomarían más". Con este escenario, insiste Roche, la próxima campaña podría ser un "auténtico desastre". Y confía, eso sí, que la Unión Europa tenga en cuenta que "una de las líneas rojas" de su mercado es el cumplimiento de sus exigentes criterios de seguridad y trazabilidad alimentaria. "Y Turquía utiliza tratamientos prohibidos desde hace años para los agricultores europeos", puntualiza.


A todos estos argumentos les pone también su firma el responsable del sector en Araga, Miguel Ángel Gómez, que augura una complicada campaña de fruta dulce y denuncia que los agricultores se han convertido en "rehenes" de todos estos conflictos.

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