Lejos queda aquel 1998 en el que Overpani abrió su primer establecimiento en la zaragozana calle de Cesáreao Alierta. Carlos Arpón, gerente de la empresa, y su socio David Iglesias decidieron que querían llenar de los aromas del pan y la repostería hecha de forma artesanal los hogares zaragozanos.

Durante estos más de 20 años, Overpani ha ido innovando, pero sin perder su esencia para ir avanzando y estar presente en la actualidad en todos los barrios de Zaragoza y en Cuarte de Huerva. "En este tiempo, hemos ido aumentado la variedad de productos de panadería y bollería, bajando las cantidades de azúcares y grasas y con harinas de la máxima calidad", explica Arpón sobre la evolución que han sufrido sus productos para ser más saludables.

Esto hace que las tiendas Overpani huelan a pan y bollería recién hechas pero también a hojaldres elaborados con mantequillas o a café recién molido. Manjares como las palmeras de chocolate, que elaboran en su propio obrador, o las barras de masa madre, que cuentan con un sabor y un aroma particulares gracias a sus cuidados ingredientes, son algunas de las opciones que se pueden encontrar en alguno de sus once establecimientos, pero también productos de olvido como huevos, azúcar y harina. Aromas inconfundibles que se conjugan con una cuidada atención al cliente y el hecho de poder degustar sus creaciones en el propio local como valores diferenciales.

Para que el servicio que dan a sus clientes sea siempre perfecto, tienen otro secreto. "Nuestro personal realiza cursos de formación continua para saber cómo elaborar el mejor café u ofrecer la mejor repostería artesana para cada momento según los gustos y las posibles alergias de cada persona". Además, ofrecen a todo el que entra en sus tiendas wifi y prensa diaria en un ambiente tranquilo y agradable donde relajarse y hacer de la visita a Overpani una experiencia perfecta.

Pero esta empresa también estará presente en las celebraciones familiares. "Podemos ofrecer tartas personalizadas y cubrir todas las festividades y eventos con productos realmente artesanos que no se elaboran en líneas de producción como si fueran tornillos", sentencia orgulloso Carlos Arpón. Todo hecho con la máxima tranquilidad «porque al final todo lo que se hace con tiempo y sin prisas se nota», concluye.

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