Medio grado de más, varias vidas menos

Economía circular y cambio climático es el tema de uno de los seis paneles que componen el foro mundial sobre el medioambiente que hoy se celebra, y que podrá seguirse a través de la plataforma oficial www.worldenvironmentday.global/es y la página web del Ministerio de Ambiente de Colombia www.minambiente.gov.co.

El calentamiento global es uno de los sucesos más determinantes en el cambio climático y en la pérdida de la biodiversidad, así como el principal caballo de batalla de los gobiernos de todo el mundo que, en la actualidad, se centran en establecer unos límites. Para ello, se hace necesario adoptar medidas de contención que mantengan el aumento de la temperatura media mundial en 1,5 grados más sobre los niveles preindustriales de hace más de un siglo, según señala el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU.

Los expertos señalan que, hoy en día, ya se están viviendo las consecuencias del cambio climático con un calentamiento global de un grado, que deriva en condiciones meteorológicas más extremas, crecientes niveles del mar y la reducción del hielo en los polos, entre otros cambios que alteran los hábitats y contribuyen a la extinción de especies y a la rápida propagación de enfermedades, tal y como ha ocurrido con la pandemia ocasionada por el covid-19.

Uno de los ejemplos más evidentes del daño del cambio climático es el que sufren los corales. Si el aumento de la temperatura global alcanzara los dos grados, supondría la extinción definitiva (más del 99%) de los arrecifes. En cambio, si se mantuviera en ese 1,5 grados de más, habría una opción de brindarles una oportunidad, aunque fuera mínima (desaparición de entre el 70% y el 90%).

Continuando con el ejemplo, las consecuencias de esta pérdida de población marina serían devastadoras para la industria pesquera de las zonas tropicales e, incluso, para el abastecimiento de ciertas poblaciones costeras, por no hablar del perjuicio causado a la industria turística que se traduciría en pérdidas millonarias.

Un antes y un después

El parón socioeconómico derivado de la crisis sanitaria mundial ha servido para reflexionar acerca de las consecuencias de la acción humana en el planeta. En los días más duros del confinamiento se redujo considerablemente la contaminación en las ciudades. Según estudios internacionales, hasta un 27% en Europa y hasta un 32% en España.

No obstante, este capítulo se considera pasajero y los niveles de Co2 aumentarán a nivel global con la reactivación de las industrias, la libre circulación de personas y mercancías y el turismo, por lo que muchos gobiernos se plantean la necesidad de hacer cambios estructurales en el modelo económico y social actual hacia uno más respetuoso con el medioambiente.

Una recuperación verde

Desde el Parlamento Europeo se impulsó a mediados de abril la Alianza para una Recuperación Verde (Green Recovery), desde la que se pretende impulsar una salida a la crisis económica derivada de la emergencia sanitaria poniendo el foco en la lucha contra el cambio climático. Así, este proceso debería supone una oportunidad para desarrollar una estrategia de reconstrucción sostenible y así se refleja en el manifiesto: «El covid-19 no hará desaparecer el cambio climático y la degradación de la naturaleza. Y no ganaremos la lucha contra el covid-19 sin una respuesta económica sólida. No son dos batallas opuestas, sino dos batallas que deben librarse y ganarse al mismo tiempo. Hacerlo nos permitirá ser más fuertes juntos». Este manifiesto lo firman 79 eurodiputados de 17 países, 7 oenegés, 28 asociaciones empresariales y sindicales y 37 representantes de grandes compañías.
La alianza propone inversiones masivas, la transición hacía la descarbonización, la protección de la biodiversidad y la transformación del sector agroalimentario para la generación de empleo.

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