CONVERSACIÓN HERALDO SOBRE EL PLAN DE ANTICOAGULACIÓN DE ARAGÓN

"La existencia de un protocolo común para los pacientes anticoagulados supondría una indudable mejora en la atención asistencial"

El presidente de la Asociación de Anticoagulados de Aragón (Asanar), Javier Moreno, pone de manifiesto las trabas con las que se encuentran estas personas en su día a día y reclama establecer unos canales de comunicación eficientes entre todos los actores implicados para aportar soluciones rápidas.

Javier Moreno, presidente de Asanar.
Javier Moreno, presidente de Asanar.

El pasado 27 de septiembre se celebró una Conversación HERALDO organizada por la Federación Aragonesa de Sindicatos de Médicos de Atención Primaria (Fasamet) y Pfizer en las instalaciones del diario en la que se trató el impacto que está teniendo la paralización del plan de anticoagulación de Aragón en estos pacientes. En ella, la doctora de la Unidad de Tratamiento Anticoagulante del Hospital Clínico de Zaragoza y miembro de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), Olga Gavín; el médico de familia y miembro de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Juan Carlos Romero; y el médico de familia y miembro de Fasamet, Antonio Gómez, debatieron sobre aspectos como la necesidad de mejorar las comunicaciones entre la atención primaria y la especializada o las trabas administrativas con las que se encuentran los integrantes de este colectivo.

Precisamente, una de las entidades que más los defiende en este tipo de cuestiones es la Asociación de Anticoagulados de Aragón (Asanar), cuyo presidente, Javier Moreno, detalla en esta entrevista cuestiones como los principales problemas que tienen estos pacientes, cómo son los controles y tratamientos que reciben y qué aspectos cree necesario mejorar para que lo haga también su calidad de vida.

Con la llegada de la pandemia del coronavirus se frenó el plan de anticoagulación de Aragón. ¿En qué medida les está afectando a los pacientes esta situación?La aparición de la covid-19 supuso la paralización del plan. La existencia de un protocolo común para el colectivo de anticoagulados supondría una indudable mejora en la atención asistencial al paciente. Eliminar aspectos como la dificultad en la comunicación entre atención primaria y especializada, la variabilidad en la frecuencia de las revisiones o la desigualdad de criterios entre los diferentes sectores sanitarios supondría para el paciente un importante avance y una mejora en la atención recibida, que pasaría a ser más segura y equitativa.

En el encuentro que se celebró en HERALDO sobre este tema se habló también de la lentitud de la administración como una de las principales dificultades que han de afrontar. ¿Cómo se podría mejorar?Como asociación de pacientes, en nuestra relación con la administración, nos encontramos en muchas ocasiones con la traba de no encontrar a la persona responsable de la toma de decisiones en relación al tema que nos ocupa. Tras lo costoso que resulta conseguir una reunión con un cargo determinado, de expresar nuestras demandas y de conseguir su interés y empatía, lo más común es que no sea la persona encargada de tomar decisiones al respecto, por lo que entramos en una dinámica que se alarga en el tiempo y pocas veces con resultados positivos. A nuestro modo de ver, el punto de partida sería la elaboración por parte de los actores implicados de un protocolo unificado para toda la Comunidad. Una vez establecido el papel de todos ellos (administración, atención especializada, atención primaria y asociación de pacientes), sería interesante conocer a los responsables de cada uno de estos estamentos y establecer los canales de comunicación entre ellos para aportar soluciones rápidas y precisas evitando intermediarios.

¿Cómo es el control médico que se les hace a estas personas?El control al que son sometidos los pacientes anticoagulados varía según el tipo de tratamiento que tengan prescrito. Los pacientes en tratamiento con antivitamina K (Sintrom) cuyos controles dependen de un centro sanitario se controlan, normalmente, cada cuatro semanas, mientras que aquellos que están incluidos en el programa de autocontrol del TAO se monitorizan una vez a la semana. Por otro lado, nos encontramos con los pacientes que tienen prescrito un anticoagulante de acción directa. En este caso no son necesarios unos controles tan periódicos, pero sí deben hacerse los rutinarios, aunque no existe un protocolo de seguimiento establecido, lo que conlleva, en muchas ocasiones, que el tiempo entre estas pruebas se alargue más de lo deseado.

"Además de la parte médica y asistencial que precisa un paciente anticoagulado, desde Asanar entendemos que es fundamental que este sea activo y responsable"

¿Qué valoración hace de los tratamientos que reciben?En cuanto a los pacientes que tienen prescrito un anticoagulante de acción directa debemos destacar que no están indicados para todas las patologías que precisan anticoagulación. No obstante, son tratamientos altamente seguros que no necesitan controles periódicos, aunque sí son necesarios exámenes de control de la función renal, por ejemplo. La opinión que recogemos de los pacientes es satisfactoria, aunque encontramos en ocasiones falta de información con respecto al acods de elección. En el caso de los pacientes anticoagulados con antivitamina K, que en este caso si puede ser el tratamiento de elección en cualquiera de las patologías por las que se precisa anticoagulación, encontramos dos situaciones diferentes: aquellos que hacen sus controles de INR en centro sanitario y aquellos que están incluidos en el programa de autocontrol del TAO y que llevan control domiciliario. La diferencia fundamental es la frecuencia de los controles, que pasa a ser semanal en caso de los pacientes autocontrolados, frente a las 4/6 semanas que separan los controles en centro sanitario (siempre que el paciente se encuentre dentro de rango). De este modo se consigue que los pacientes en autocontrol tengan un porcentaje mayor de tiempo en rango terapéutico, por lo que se disminuyen riesgos, a lo que se añade la ventaja de no tener que acudir al centro sanitario periódicamente para realizar dichos controles.

¿Qué otras medidas serían necesarias para que mejore su calidad de vida?Además de la parte médica y asistencial que precisa un paciente anticoagulado, desde Asanar entendemos que es fundamental que este sea activo y responsable. En la asociación ofrecemos a los pacientes jornadas informativas y formativas al respecto que le permiten conocer de primera mano su tratamiento y las peculiaridades que presenta, de forma que el paciente pasa a ser una parte activa de su proceso, ejerciendo un papel protagonista en el mismo.

¿Cómo es el día a día de un paciente anticoagulado? ¿Qué situaciones ha de evitar para no perjudicar su salud?La complicación más frecuente derivada de la toma de anticoagulantes orales es la hemorragia. Los pacientes anticoagulados pueden sangrar por los mismos motivos por los que lo hace cualquier otra persona pero, en su caso, será un sangrado más abundante. En cualquier caso, es importante que el paciente sepa cómo controlar estas hemorragias leves y distinguir las situaciones más graves que puedan precisar de atención médica. Entendemos también que es fundamental la identificación de estos pacientes para tomar las medidas necesarias en caso de tener que hacer una atención médica de urgencia. Por este motivo, en Asanar entregamos a todos nuestros asociados el carné del anticoagulado, que recoge los datos relativos al tratamiento anticoagulante del paciente, así como los de una persona de contacto y otros datos de interés médico.

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