En los años sesenta del siglo pasado, nuestro país comenzaba a disfrutar de los primeros brotes verdes de una renacida economía que trajo consigo nuevas formas de trabajo. Una de ellas fue el cooperativismo y a esa tendencia se apuntaron un grupo de agricultores y productores de Casetas que, en 1964, fundaron la Cooperativa Agraria del Valle del Ebro (Cadebro).

Decidieron aprovechar el acceso que tenían al ferrocarril para centrar su principal actividad en la exportación de albaricoques y cebollas a Alemania, pero el proyecto no cuajo. Lejos de venirse abajo, casi seis décadas después, el actual Grupo Agroveco se ha convertido en todo un referente del sector cooperativista y en la mejor prueba de que el que renace de sus cenizas tiene mucho más fácil lograr nuevos retos, porque le sobran experiencia y ganas.

Esta es una de las principales razones por las que este grupo ha sido galardonado en la III edición de los Premios Heraldo del Campo con el galardón DF Grupo al Impulso Cooperativo. "Este premio supone para nosotros una gran alegría porque tenemos absoluta vocación cooperativa, la llevamos a nuestro trabajo diario y la expandimos en el territorio en el que estamos. Del espíritu cooperativo se habla mucho pero se conoce muy poco en realidad, y nosotros queremos fomentarlo con actuaciones como la que hemos llevado a cabo este año, asumiendo la gestión de la cooperativa de Utebo para que no se perdiese", explica Fernando Valdrés, director gerente del Grupo Agroveco.

En la actualidad, se dedican, entre otras muchas actividades, a la producción de piensos de alta calidad especialmente para la ganadería, pero también para la alimentación de mascotas. Ellos son el ejemplo más claro de la apuesta por la economía circular, ya que son cooperativa con Agroveco; se encargan de convertir la materia prima en el pienso de calidad para animales, tanto de domésticos como de granja, gracias a Cadebro; y ,a través de Servicampo, cooperativa agrícola que agrupa a más de 70 socios, especializada como Organización de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH), transforman estos productos en conservas. Además, cuentan con una tienda de proximidad en Utebo, donde comercializan el género de productores locales, no solo frutas, verduras y hortalizas, si no también productos ganaderos y lácteos.

Una trayectoria que les ha permitido ser líderes en su mercado, hasta el punto de que, desde que en 2011 decidieron apostar por el mercado internacional, sus piensos llegan a muchos rincones del mundo, sobre todo países del Golfo Pérsico, este de Europa, norte de África, Asia e incluso Nueva Caledonia.

Pienso en saco

"En los meses de la pandemia vivimos momentos muy duros, de mucho esfuerzo de nuestro personal, pero respondimos muy bien y dimos un gran servicio. Ahora, nuestros planes de futuro siguen centrados en la expansión de la red de distribución nacional y en el aumento de los mercados internacionales. Tenemos un gran potencial en la oferta de pienso en saco, que no es algo habitual en nuestro tipo de negocio, y eso nos da un valor añadido", concluye Valdrés.

Ir al Especial III Edición Premios Heraldo del Campo