EN COLABORACIÓN CON CAJA RURAL DE ARAGÓN

El despacho desde donde Basilio Paraíso impulsó Zaragoza y Aragón

En esta sala del actual edificio de Caja Rural de Aragón, promovió proyectos tan emblemáticos como la Exposición Hispano Francesa de 1908 o el Canfranero.

Un retrato de Basilio Paraíso preside esta emblemática estancia del edificio Caja Rural de Aragón.
Un retrato de Basilio Paraíso preside esta emblemática estancia del edificio Caja Rural de Aragón.
C.R.

Hay lugares donde la esencia de quien los ha habitado permanece inalterable a lo largo del tiempo. Y una de estas estancias es la sala Basilio Paraíso del edificio Caja Rural de Aragón, donde es fácil imaginarse a este emblemático aragonés trabajando para poner a Aragón en el mapa internacional allá por los primeros años del siglo XX.

Fue en este despacho desde donde el oscense Basilio Paraíso impulsó numerosas actividades y propuestas que fomentaron el comercio y la industria no solo de Zaragoza, sino del resto de Aragón.

El entonces presidente de Cámara Oficial de Comercio y la Industria, Basilio Paraíso, cargo que desempeñó desde 1893 y hasta 1919,  participó activamente en la organización de la Exposición Hispano Francesa de 1908. Una implicación en este certamen que fue premiada con su nombramiento por parte del Ayuntamiento como hijo adoptivo de la ciudad. Además, el Gobierno de España tuvo en consideración sus logros en la consecución de la Expo de 1908 para designarlo como senador vitalicio.

Aprovechando las sinergias creadas con el país galo, Basilio Paraíso puso todo su empeño en impulsar el actual Canfranero, y lo hizo a través del Sindicato de Iniciativa y Propaganda de Aragón (SIPA), que él mismo creó en 1909 para fomentar el auge turístico que Aragón había despertado en el resto de España y el mundo como consecuencia de la muestra internacional.

Su lema ‘Todo por y para Aragón’ estuvo siempre presente en el ideario de este insigne aragonés, quien también intervino como accionista fundador en la creación de la sociedad editorial HERALDO DE ARAGÓN.

La sala cuenta con pinturas de Julio García Condoy.
La sala cuenta con pinturas de Julio García Condoy.
C.R.

En el terreno económico, promovió el comercio exterior español con numerosas iniciativas. Entre las más destacadas, se encargó de impulsar un viaje a Marruecos en 1910, para conocer las posibilidades que ofrecían las ciudades de Tánger y Tetuán, los mercados más importantes del territorio africano.

Paisajes

Por todas estas razones, esta sala es una de las más emblemáticas del edificio Caja Rural de Aragón y toda una fuente de sorpresas. De hecho, al decapar sus paredes, ocultas durante muchos años, los responsables del taller Pro-Arte, descubrieron una serie de pinturas que habían sido realizadas en 1920 por Julio García Condoy, pintor zaragozano, hijo del también artista Elías García Martínez y hermano del escultor Honorio García Condoy.

Considerado como un retratista y pintor regionalista influido por el modernismo y las obras de Zuloaga, las pinturas que decoran esta sala son, según los expertos, "de lo mejor y más fino que pintó García Condoy, quien había empezado dedicándose a paisajes y escenas regionales, que había expuesto tres años antes en el Mercantil, en la que fue la primera exposición del centro y también la primera de este joven pintor, becado en Roma, a su regreso a Zaragoza". 

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