Estos días atrás han sido muy intensos para los responsables de los puestos que hoy ocupan las instalaciones del reformado Mercado Central. En sus alrededores, el trasiego de cajas y palés, las prisas de los tenderos y los gremios, así como la presencia de la prensa y de numerosos curiosos que se arremolinaban a pie de calle, han reflejado esa frenética actividad provocada por el traslado desde las instalaciones provisionales hasta la recién inaugurada lonja.

Así lo confirma José Carlos Gran, presidente de la Asociación de Detallistas del Mercado Central, quien, sobre todo, ha vivido estos días previos a la apertura con mucha ilusión, al igual que los detallistas del resto de los puestos que esperaban expectantes a ocupar los nuevos espacios del emblemático edificio zaragozano, más amplios y con mejores equipamientos que los que se levantaban antes de la reforma.

Gran, como portavoz de todos ellos, tiene claro cuál es el mensaje que quieren transmitir a sus clientes, tanto a los que llevan años llenando la cesta de la compra con sus productos como a los que nunca se han acercado a sus mostradores. A los primeros quieren asegurarles que, en esta nueva etapa, la esencia del Mercado Central sigue intacta, de manera que continua ofreciendo la misma línea en calidad y precio que le ha distinguido siempre. Igualmente, desde la asociación se hace hincapié en las novedades que la renovada lonja va a poner a disposición de los usuarios. Una de ellas, y muy importante, el aparcamiento, aprovechando el existente junto al Palacio de los Luna, antigua Audiencia Provincial, cuyo acceso se conectará con las instalaciones del mercado. No solo se podrá acudir en coche a partir de ahora, sino que se podrá cargar la compra en él, gracias a los carritos que también se van a incorporar a la lista de novedades que buscan facilitar la experiencia de la compra y, especialmente, «mejorar la imagen del Mercado Central a través de su calidad y servicio», tal y como señala Gran.

Para ello, el presidente anuncia que se va a implantar un sistema ‘online’ para la venta de producto fresco, permitiendo que se pueda comprar por internet y haciendo una firme apuesta por los nuevos hábitos de consumo de la sociedad. Igualmente, será posible hacerlo de manera presencial pero con entrega a domicilio, evitando tener que cargar con pesos excesivos. En este aspecto, desde la asociación tienen muy en cuenta a las personas mayores que van asiduamente al mercado.

Pero que nadie se llame a engaño, porque, según insiste Gran, la clientela se ha rejuvenecido considerablemente en los últimos años y, gracias al dinamismo que se le va a imprimir a esta emblemática lonja zaragozana, se prevé que se fidelice público de todas las edades. A ello contribuirá notablemente el establecimiento de cuatro bares nuevos dentro de las instalaciones, que además de permitir la degustación de los productos que se van a comprar, se encargarán de asumir la dinamización del espacio con la programación de conciertos y de diversas propuestas culturales. En cualquier caso, desde la asociación insisten: «Jugaremos con la hostelería, pero seguiremos siendo un mercado de abastos».

¿Me podría ayudar...?

Si algo va a caracterizar la estancia en el Mercado Central es la posibilidad de disfrutar al máximo de la experiencia de la compra. Así lo pretenden los detallistas, que confían en despertar los cinco sentidos del cliente. En primer lugar, el de la vista, cuando se acerquen a los mostradores a ver de cerca el producto fresco para dejarse guiar enseguida por el olor y terminar de convencerse al escuchar los consejos de cada uno de los tenderos, acerca de qué pieza elegir o de cómo cocinarla. Ya en casa, los compradores podrán disfrutar con el tacto y, sobre todo, con el sabor de aquello que han comprado. En definitiva, en los mostradores de cada uno de los puestos de la lonja se encontrarán productos frescos y de proximidad, además de un trato cercano y humano que permitirá sacar el máximo partido a la compra. Gran anima así a los clientes, sobre todo a los más jóvenes, a preguntar por aquello que no conocen y poder descubrir numerosas posibilidades culinarias.

Los 69 establecimientos estarán a disposición de zaragozanos y visitantes en horario ininterrumpido de lunes a viernes, desde las 9.00 hasta las 20.00 y los sábados se abrirá de 8.30 a 14.30. Quedan nueve puestos por adjudicar que completarán próximamente la oferta del mercado con dos carnicerías, dos verdulerías, tres pescaderías, una pollería y la consigna.

Hoy abre sus puertas todo un símbolo de la historia y las costumbres de la ciudad de Zaragoza en el último siglo, pero además surge un nuevo espacio pensado para el encuentro, el ocio y la cultura. Un punto neurálgico en la ciudad lleno de atractivas experiencias y mucha ‘alma’. 

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