Aunque el hábito del reciclaje ha crecido de manera considerable en España en los últimos años, a menudo se cometen errores cuando se tiran los residuos en los diferentes contenedores.

Uno de ellos tiene que ver con el depósito amarillo, el destinado a los residuos plásticos, pero en el que no se deben tirar objetos como juguetes, biberones, chupetes, utensilios de cocina o cubos compuestos por estos materiales, pues deberán ir al contenedor de restos. En el amarillo solo se han de depositar los envases de plástico, las latas y los ‘briks’.

Por su parte, en el contenedor verde se han de tirar los objetos de vidrio, pero no los de cristal. Es incorrecto dejar allí bombillas, espejos, ceniceros, vasos o vajillas, que deben dirigirse a un punto limpio. Asimismo, el contenedor azul, dedicado a los restos de papel y cartón, recibe algunos objetos que no le corresponden, como los citados ‘briks’, que han de ir al amarillo por llevar plástico y aluminio.

En lo relativo a las casas y para poder reciclar de manera correcta, la organización es esencial. Lo conveniente es conseguir que esa división de residuos sea una actividad más del día a día, de forma que los especialistas en la materia recomiendan colocar los cubos en las estancias que más se utilizan, como la cocina.

Cubos separados

Con el fin de que el proceso sea efectivo, solo son necesarios cuatro cubos de basura, que estén separados y se abran de manera independiente. Por otra parte, si con los colores la diferenciación no resulta clara, se pueden colocar unas etiquetas explicativas. Y, en cuanto a una de las famosas ‘erres’, la de reutilizar, cabe subrayar que antes de tirar un objeto de los que se tienen en casa como una bolsa o un envase, es preciso plantearse si se le puede dar una segunda vida. Algo que ayuda tanto al medioambiente como a la economía familiar.

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Por otro lado, y a pesar de que son cada vez menos frecuentes, en los hogares se continúan también cometiendo algunos errores en este sentido. Uno de ellos tiene que ver con las servilletas o pañuelos con restos de comida, de maquillaje o con el papel de cocina que se ha utilizado para limpiar aceite derramado en la encimera, por ejemplo. Al contener restos de las citadas sustancias, estos residuos no se pueden separar en la planta de reciclaje, de forma que no deben ir al contenedor de papel y cartón –al igual que los envases de comida a domicilio–, y han de destinarse al de residuos orgánicos.

Otro fallo se produce con el cepillo de dientes, que a menudo se deposita en el contenedor de envases. Y, aunque su material principal suele ser el plástico, sus cerdas son habitualmente de nailon, de forma que tiene que quedarse en el de restos o llevarse a un punto limpio.