en colaboración con ibercaja

Cómo el instinto de supervivencia impide tener éxito en las inversiones

En cuestión de inversiones, es fundamental tener actitud crítica y dejarse asesorar por expertos en materia financiera.

Hay algunos sesgos que pueden traicionarte a la hora de invertir.
Hay algunos sesgos que pueden traicionarte a la hora de invertir.
Ibercaja

Las finanzas conductuales son la disciplina que se encarga de estudiar la manera en la que una persona gestiona su patrimonio, es decir, la que examina los mecanismos a los que una persona recurre a la hora de invertir y tomar decisiones sobre cómo gestionar su dinero y ahorro.

Aunque en esta materia, todo el mundo tiende a pensar que escoge la acción más lógica o racional, lo cierto es que en el proceso de toma de decisiones intervienen muchos factores, como las emociones, el contexto o las experiencias previas. Se trata de los sesgos, atajos irracionales que ayudan a agilizar este proceso, aunque no siempre sea la opción idónea. En términos evolutivos, los sesgos han sido ventajosos a lo largo de generaciones, pero en cuestiones económicas, la realidad es bien diferente y pueden jugar el papel contrario.

Qué sesgos hay

A la hora de invertir, no hay atajos que valgan y antes de tomar cualquier decisión y caer en los sesgos que se recogen bajo estas líneas, conviene dejarse asesorar por expertos. En Ibercaja, cuentan con diferentes opciones para planificar inversiones y ahorro, como los planes de pensiones, los PIAS Link o el SIALP Link. Además, cuentan con ventajas adicionales y promociones por el traspaso del plan de pensiones.

  • Sesgo de manada. Una de las cuestiones más importantes a la hora de invertir es no dejarse llevar por lo que hace la manada. Lo que conviene a una persona no tiene porqué ser lo más ventajoso para otro, y viceversa. Para evitar este sesgo, y no perder oportunidades, lo mejor es tener un plan predefinido que dicte cómo invertir los ahorros, independientemente de lo que haga un grupo de referencia.
  • Sesgo de pánico. La inversión también requiere de mente fría y de no tomar decisiones por impulso. Por ejemplo, cuando se da un momento crítico, como puede ser la caída de un mercado, lo más corriente es pensar en vender, cuando en realidad se trata del mejor momento para comprar a un precio asequible
  • ​Sesgo de anclaje. Esta cuestión hace referencia al valor que se le da a un activo en el momento de su compra. Si se ha adquirido a determinado precio, y luego se encuentra a uno inferior, se tiende a pensar que ha sido un error, aunque lo correcto es plantearse qué valor tendrá en el futuro.
  • ​Sesgo de halo. Igual que no hay que dejarse llevar por la manada, tampoco hay que dejar influenciarse por quienes sean un referente. Cada persona tiene sus propias circunstancias, por lo que intentar replicar las finanzas de otra persona no es la mejor opción, ya que cada uno tiene sus propios objetivos, su liquidez o su nivel de riesgo

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