Cierres, pérdidas, restricciones de aforo, ERTE… el año más negro de las últimas décadas para la hostelería ha obligado a los responsables de los restaurantes a llevar al límite su empeño, su aguante y su imaginación. Unos meses en los que las dificultades vividas a causa de la pandemia no han impedido que muchos de ellos sigan al pie del cañón, en buena parte de los casos con nuevas propuestas que han cosechado un notable éxito por parte de los clientes. 

'La magia de la gastronomía', impulsada por TuHuesca, recoge una amplia oferta de restaurantes en los que disfrutar de los mejores productos cocinados por reconocidos chefs. Una iniciativa más para dar impulso a uno de los sectores más afectados por la pandemia. En la provincia oscense, existen diversos ejemplos que ponen de relieve cómo han tenido que adaptarse algunos de estos negocios a la nueva situación, sobre todo a través de valores como la calidad y el trabajo, los cuales continúan prestando un servicio esencial para el territorio y en el que dan salida a los productos agroalimentarios aragoneses. Prueba de ello es el caso de Catering y Eventos del Pirineo, ubicada en Sardas, cuyos integrantes buscaron nuevas formas de reinventarse nada más iniciarse la pandemia. "Somos una empresa de cáterin y eventos de forma que, al no poder celebrarse estos, tuvimos que darle una vuelta a todo. Lo bueno es que la cabeza no nos para y hemos tratado de reconducir la situación y buscar otras vías de ingreso para mantener la puerta abierta. Con esa intención, en verano reconvertimos nuestra finca en restaurante (La Era de los Nogales) y nos fue muy bien. Además, sacamos una línea de postres de menú degustación muy especiales que ahora estamos empezando a vender por toda España", explica su jefe de cocina y responsable, Toño Rodríguez.

Entre las acciones que han llevado a cabo durante la crisis se encuentran la elaboraron de comidas para personas mayores que viven solas y el servicio en las residencias de Biescas y Sabiñánigo y en dos comedores escolares. "En vez de quedarnos en casa, hemos tratado de buscar soluciones. En el restaurante damos dos menús degustación para que la gente que venga disfrute y pueda comer algo diferente a lo que están acostumbrados", afirma el chef, que destaca entre sus productos el limón: "Es la esencia de un postre espectacular que llevo haciendo mucho tiempo, que tiene una crema que te pone los pelos de punta y que la gente no olvida".

"Malabares" para organizarlo todo

"Ha sido un año muy complicado. Hay que recordar que La Litera fue una de las primeras zonas de España en retroceder de fase en el mes de julio. La gente dejó de venir y después vino tratar de aguantar el resto del verano, la comida para llevar, una Navidad atípica y los aforos del 30% con los que contamos en la actualidad y que no hacen nada fácil gestionar los restaurantes", indica Iván Vilanova, al frente del restaurante Carmen, en Binéfar.

El chef señala que tuvieron que hacer "malabares" para organizarlo todo en los primeros días, ajustando los ingresos al personal, que pasó de siete a los tres trabajadores actuales. "Tenemos que hacer de todo: cocinar, fregar, recoger… y lo hacemos con ilusión y ganas. Había dos mantras que podíamos seguir en esta situación: el derrotismo, refugiarnos en lo fácil y tirar de cuatro platos sencillos; o hacer que la gente disfrutase y tuviese los mejores productos, y eso es lo que hemos hecho, marcarnos retos para mantener la motivación, porque si perdemos la ilusión nos volvemos locos", afirma Vilanova.

En el establecimiento llevan a “rajatabla” las restricciones vigentes en cuanto a los aforos. "Tenemos que ser consecuentes, responsables y serios. Y la imagen, sobre todo en locales interiores como el nuestro, es fundamental”, sostiene Vilanova, que resalta la trufa como el producto que más les gusta: "La apuramos desde el primer día hasta el último", agrega.

I. V. B.

Momentos "difíciles pero también agradecidos"

“Desde luego, ha sido un tiempo lleno de dificultades, pero en el que también nos hemos quedado con otra sensación de trabajar, de volver a poner en marcha en negocio. Hemos sacado ideas para almuerzos, nuevos menús y otras cosas para volverle dar al Restaurante las Torres la alegría que ha tenido siempre”, afirma Rafael Abadía, gerente del establecimiento de la capital oscense.

En su caso, la respuesta de la gente también ha sido muy buena. “Además, se nota el apoyo y las muestras de ánimo, porque los clientes son conscientes de la situación que vivimos. Tanto los oscenses como también los de Zaragoza, que desde que desconfinaron las provincias han venido a cenar quedándose incluso a dormir. Eso te ayuda a tirar para adelante y a estar con la cabeza bien alta. Por eso yo digo que son momentos difíciles pero también agradecidos”, resume Abadía.

Aunque la situación ha mejorado últimamente, el responsable del local espera que se relajen las restricciones de aforo y horario para que puedan estabilizarse. “Yo creo que nos lo merecemos por lo que hemos pasado. Además, ha quedado demostrado que la hostelería de interior no es la causante de los aumentos de las incidencias”, afirma. Por último, Abadías califica al Ternasco de Aragón como su producto estrella: “Hacemos muchos platos con él y lo hemos defendido mucho, porque los ganaderos también han estado con el agua al cuello”, concluye.

- Más información en www.huescalamagia.es.