Con la temporada de fiestas patronales, festivales y conciertos calentando motores, es el momento de culminar preparativos y asegurarse de que todo va a salir según lo previsto para disfrutar al máximo durante la época estival.

Lo que no puede faltar en ningún caso es la energía eléctrica para dar esa potencia extra que requieren los grandes espectáculos. Y ahí es donde cobra importancia contar con grupos electrógenos que garanticen el suministro energético que se necesita y que, a su vez, cumplan con todas las normativas y cuestiones legales precisas, ya sea en materia de emisiones, consumo, ruido o seguridad.

También en verano se vuelve habitual la necesidad de contar con estaciones eléctricas portátiles, que permitan desplazamientos por el territorio. Es el caso de los aficionados al ‘caravaning’, que recurren a los grupos electrógenos para poder seguir con su día a día estén donde estén.

Guillermo Mestre

Al margen del repunte del mercado en estas fechas, la comercialización e instalación de grupos electrógenos se demanda durante todo el año. Así, estos equipos son requeridos para asegurar el funcionamiento ininterrumpido de grandes instalaciones como hospitales, aeropuertos, estadios o fábricas, pues son idóneos como ‘plan b’ por si el suministro energético falla o sufre una avería. Igualmente, se utilizan para llevar a cabo determinadas obras donde todavía no exista abastecimiento eléctrico. 

¿Qué son?

Los grupos electrógenos son máquinas que mueven un generador eléctrico a través de un motor de combustión interna, de diésel o gasolina, el cual pasa a un alternador que genera corriente para alimentar los dispositivos electrónicos. Existen otros tipos de generadores como los solares o los híbridos, que combinan motor de combustión y otra fuente de alimentación de origen renovable.

Los hay de varios tamaños, en función de la potencia que se necesite. Entre los más innovadores se encuentran los grupos electrógenos que funcionan con hidrógeno, propano o baterías de litio, representando una alternativa sostenible a los sistemas que se nutren de combustibles fósiles.

Hay que valorar dónde se va a ubicar el generador de energía. En un interior habrá que comprobar los niveles de ruido, por ejemplo, y recurrir al aislamiento acústico si es necesario; mientras que si está en el exterior, habrá que proteger al equipo de las inclemencias del tiempo o el polvo, que pueden afectar a su funcionamiento.