rutas por aragón

Buitres leonados, quebrantahuesos, milano real... tres paseos ornitológicos por el Alto Gállego

El turismo ornitológico es una actividad que mueve cada vez a más personas interesadas en el avistamiento de aves mientras caminan por la naturaleza.

Quebrantahuesos en vuelo
Quebrantahuesos en vuelo
Fundación para la Conservación del Qubrantahuesos/FCQ

El turismo ornitológico es una actividad que mueve cada vez a más personas interesadas en el avistamiento de aves mientras caminan por la naturaleza. En el Alto Gállego hay tres zonas que son especialmente apropiadas para este tipo de salidas al monte, donde, en algunas ocasiones, el piar de los pájaros servirá como guía. El camino natural que va desde Sallent de Gállego hasta Lanuza, los sotos del río Gállego y la ruta desde el embalse de la Sarra hacia el ibón de Respomuso son algunas opciones para avistar aves en la zona.

El primero de estos tres recorridos es una ruta circular de unas dos horas de duración. Es un paseo de seis kilómetros alrededor del pantano de Lanuza apto para todos los públicos. La caminata arranca en la pista asfaltada que sale de la plaza de Sallent hasta el río Aguas Limpias. Aquí se puede ver la primera especie de la ruta, el mirlo acuático. Con algo de fortuna, hay quienes lo han pillado buceando. El paseo sigue por la ribera del Agua Limpias hasta que este se vierte al Gállego, con sus aguas de color más oscuro. Esta zona es sobrevolada por el milano real, un ave rapaz de tamaño medio. Unos pasos más adelante, en la entrada al prado, se puede ver un roquedo que sirve como posadero de buitres y, entre ellos, a veces se dejan ver por allí los leonados, la rapaz de mayor tamaño de Aragón, con unos dos metros y medio de envergadura. En primavera y verano, también se pueden ver en esta zona alimoches y, con mucha suerte, algún quebrantahuesos.

De camino al pueblo de Lanuza, el paseo transcurre por zonas más abiertas donde se pueden ver águilas culebreras, de colores claros. Ya llegando a la presa, abundan los aviones roqueros, unos pájaros de la familia de las golondrinas que utilizan las pequeñas oquedades de las paredes de roca como nido. De vuelta hacia Sallent, el sendero discurre entre bosques de sauces, pinos o cerezos. En esta zona las aves están más escondidas y son más difíciles de ver pero sí se las puede escuchar. Los expertos serán capaces de distinguir pinzones, carboneros, mitos, camachuelos o mirlos.

De Biescas a Oliván por los sotos del Gállego

La sotera del Gállego es otra de las zonas más indicadas de la comarca para la observación de aves. Los aficionados al turismo ornitológico pueden realizar una ruta entre Biescas y Oliván que transcurre por los sotos del río. La zona está declarada como LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) dentro de la Red Natura 2000 y es especialmente propicia para el avistamiento de aves acuáticas. Una de ellas es el martín pescador, con su llamativo plumaje de color azul eléctrico, y también habitan en esta zona lavanderas blancas, un pequeño pájaro blanco y negro de cola larga. El paseo continúa a orillas del río, en cuyos arbustos se esconde el chochín, uno de los pájaros más pequeños de Europa.

Para llegar a la segunda parte de esta ruta por la sotera del río Gállego hay que coger el coche y desplazarse hacia el sureste, donde están los bosques de ribera. El lugar se ha convertido en uno de los más importantes de invernación de las garzas reales y en invierno es el dormidero del cormorán grande, un ave marina que pasa la época más fría del año en ríos y embalses interiores. También en esta zona de chopos, sauces y otros árboles de ribera vive el pito real, un pájaro carpintero que emite un sonido peculiar similar a un relincho. En los meses de verano, en las cercanías de la piscifactoría de Oliván se puede avistar también algún milano negro, que llega de África a final de primavera.

Ruta de alta montaña hacia Respomuso

La tercera propuesta ornitológica en la comarca del Alto Gállego es una ruta de alta montaña desde el embalse de la Sarra hacia el ibón de Respomuso para ver aves exclusivas del Pirineo y del Cantábrico. Son especies emblemáticas que cada año, en primavera, atraen a ornitólogos de Europa hasta tierras oscenses.

Por las características de la ruta, es una propuesta de nivel medio que exige estar en buenas condiciones físicas. La duración aproximada es de tres horas y se recomienda hacerla en julio y agosto, evitando sobre todo los meses en los que hay nieve ya que el riesgo de aludes en esta zona es elevado. Con estas bases sentadas, el itinerario comienza en el embalse de la Sarra, a cuatro kilómetros de Sallent. Desde allí, se toma parte de la GR-11 (la ruta transpirenaica que cruza el Pirineo de este a oeste) en dirección al ibón de Respomuso. El sendero comienza en suave ascenso hasta llegar a un bosque de hayas, cuyos troncos tienen unos agujeros grandes a media altura. Son obra del pito negro, un pájaro carpintero que no abunda mucho y que emplea estas oquedades como nido.

Pasando el bosque, la ruta continúa por el paso del Oso, un desfiladero que conduce hacia un paisaje abierto donde, en verano, se puede ver sobrevolar a la collalba gris. Más adelante, en la zona de rocas, vive el roquero rojo. La ruta termina en el ibón de Respomuso, donde vuela el quebrantahuesos o el águila real. En las rocas vive el treparriscos, una de las especies más difíciles de encontrar. También se la conoce como pájaro mariposa por sus alas redondeadas de color rosa y negro. Para encontrarlo habrá que armarse de paciencia, cruzar los dedos para que aparezca y, prismáticos en mano, fijar la vista en las paredes rocosas.

Apúntate a la newsletter de turismo y recibe en tu correo una selección de propuestas para viajar y descubrir la comunidad aragonesa.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión