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La nueva vida del castillo de Bulbuente tras ocho años de rehabilitación

Como ya hiciera con el de Grisel, Manuel Giménez adquirió este inmueble para recuperarlo como monumento histórico.

Castillo de Bulbuente
Castillo de Bulbuente
https://castillodegrisel.com/

El castillo-palacio de Bulbuente vuelve a estar de nuevo abierto y luciendo su mejor cara. Durante ocho años se han estado realizando trabajos de rehabilitación en este edificio, adquirido por Manuel Giménez. No es la primera vez que, a título personal, compra un castillo para recuperarlo como monumento histórico y con fines turísticos. Su primera experiencia fue en Grisel, donde la fortaleza sirve para hospedarse o celebrar comidas y eventos medievales.

El de Bulbuente, localidad del Campo de Borja, sigue los mismos pasos y este verano ya se puede visitar. De la gestión de estas visitas se encarga Luis Zueco, escritor aragonés, sobrino de Manuel y anfitrión del castillo de Grisel. Pronto también lo será del de Bulbuente, ya que las obras continúan para acondicionarlo como un hotel de diez habitaciones.

Por el momento, el edificio, conocido también como antiguo torreón de los Abades de Veruela y situado en el centro del pueblo, se puede conocer por dentro. El acceso es con reserva obligatoria (llamando al 685893464) y el precio es de 5 euros para adultos y 3 para mayores de 14 años. De mostrar sus bondades se encarga una guía especializada, que conduce un mínimo de cuatro visitas diarias de martes a domingo. Son a las 10.30, a las 12.00, a las 17.00 y a las 18.30. Por motivos de seguridad, son de un máximo de diez personas por lo que las plazas se terminan pronto y se recomienda reservar con antelación.

Las visitas guiadas al castillo de Bulbuente han empezado este verano
Las visitas guiadas al castillo de Bulbuente han empezado este verano
HA

La visita dura una hora aproximadamente y, además de conocer los entresijos del palacio, también se explica en qué ha consistido el proyecto de rehabilitación que se ha prolongado durante ocho años. “Nos gusta ser cuidadosos y el objetivo de esta intervención era salvar el edificio, no reformarlo rápido para poder sacarle rentabilidad. Ha sido un gran esfuerzo tanto económico como de tiempo porque también queríamos recuperar la historia del castillo”, explica Luis Zueco. “Con el de Grisel estuvimos 30 años…”, apunta.

Un largo proceso, el del castillo de Bulbuente, que se pudo seguir a través de internet en directo y cuyo resultado ya se puede conocer de primera mano. Durante la visita se recorren las dos partes de las que consta el edificio. Una es la torre de origen musulmán, del siglo XII. Está catalogada como Bien de Interés Cultural y se tiene previsto emplear sus salas para albergar exposiciones fijas y temporales. Por otro lado, está el palacio, del siglo XVI, anexo a la torre. Es de estilo renacentista aragonés, con un patio interior en forma de galería de arcos renacentistas de la época de los Reyes Católicos.

Además, durante la visita también se muestran algunas de las habitaciones que forman parte del futuro hotel. “Tenemos varias ya terminadas y merece la pena mostrarlas porque son impresionantes”, asegura Zueco. Una de ellas es la Moncayo, de grandes dimensiones, con jacuzzi circular y una terraza con vistas a la torre. Pero la más “espectacular” es la estancia que se encuentra precisamente dentro de la torre, de la que no se han revelado más detalles.

“La idea es abrir el hotel, que tendrá diez habitaciones en total, a principios de septiembre. Pero por ahora estamos centrados en las visitas guiadas”, explica Zueco, encargado de la gestión turística del edificio. Los horarios actuales de estos pases guiados se van a mantener al menos durante el mes de agosto, con la posibilidad de prolongarlos en septiembre en función de la demanda o de quitar alguna hora si fuera necesario.

Una de las habitaciones del castillo de Bulbuente
Una de las habitaciones del castillo de Bulbuente
@CastilloBul

Historia de un castillo que ha ido de mano en mano

La historia del castillo de Bulbuente es la de una propiedad que ha ido de mano en mano a lo largo de toda su historia. Se cree que su origen es musulmán, del siglo XII y que fue comprado por Sancho VII de Navarra en el año 1195 para abrir un frente y recuperar las tierras ocupadas por el Islam. Después, la fortaleza pasó a ser propiedad del Reino de Aragón y, después, sería cedida al monasterio de Veruela, a quien el castillo ha pertenecido durante siglos.

Cuando recayó en manos monacales, el castillo ya estaba prácticamente en ruinas y las primeras reformas acometidas se centraron en la torre y demolieron parte del castillo para ampliarlo posteriormente. Su aspecto, casi más palaciego que de fortaleza, hizo que el monumento trascendiera bajo el nombre de Palacio de los Abades de Veruela. Con la desamortización de Mendizábal, el edificio pasó a manos privadas y cayó en el abandono. Pero en 2012, tras quince años a la venta sin que las instituciones públicas se hicieran cargo de su conservación, Manuel Giménez se hizo con el castillo, impulsando un completo proyecto de recuperación que arrancaría un año más tarde.

Desde aquello ha pasado casi una década pero el trabajo por fin está dando sus primeros frutos. Con las obras todavía sin terminar y con planes futuros todavía en la cabeza, los primeros visitantes ya han tenido el privilegio de poder ver este monumento histórico por dentro, algo que no sucedía desde hacía siglos.

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