En el último pleno se aprobó por seis votos a favor, y tres en contra, hacerle un acto de desagravio al alcalde, y se acordó llevarle a la cárcel de Zuera un paquete con los productos de la última matanza. Le llevaron longaniza de Graus y mazapán a mansalva, por si se le alargaba la cosa y lo sacaban después de navidades. Dentro de una cesta muy decorada con celofanes le pusieron de todo, champán, chorizos, panceta, etc., menos el jamón, que aún no estaba curado del todo, pero se lo guardan para cuando salga. Y con la matanza mandaron también un panegírico entrañable y muy familiar donde le ponían por las nubes argumentado que una cosa son las flaquezas en los asuntos del dinero, tentadora y humana situación de la que nadie está libre, y otra muy diferente su demostrada valía como político, y su compromiso impenitente con la ciudadanía y la Constitución. Y le llevaron también un ejemplar de El padrino, para que se entretenga, y un juego del Monopoly para que no pierda reflejos.

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