Mi infancia en Tarazona

Viví en Tarazona hasta casi los ocho años. Esto gravitó en el resto de mi vida y fue la época más feliz de mi infancia.


Después me fui con mi familia a Argentina, a causa de la posguerra.


Las vivencias se agolpan en mi memoria: disfrutar de la naturaleza, las cosechas, los juegos en la Plaza Marimancebo, la escuela “Del Muro” con sus flores. Llevaba mi cabás de madera, la cartilla, la pizarra… Iba con mi hermana Marina.


Mis primeras lecturas, con doña Ängeles, y un libro de cuentos, que me trajo mi padre de Zaragoza, despertaron mi vocación literaria.


¡Muchas noches soñé que volvía a España y me encontraba con mis amigas!

Aún recuerdo las jotas de nuestra vecina Pilarín; veo los álamos de nuestra huerta, mecidos por el viento; percibo el sabor de la fruta recién arrancada del árbol, y oigo las canciones bullangueras de las fiestas de los barrios. ¡Cuánta añoranza!