Con la mente puesta en los demás
Enrique Hernández consiguió publicar un libro y, pese a estar en paro, con lo recaudado lleva un año repartiendo comida a los niños del Gancho.
Enrique es un escritor aficionado que ha escrito siete libros, sin publicar ninguno, hasta que a principios de 2014 decidió que quería que Ordeñando a Davar viese la luz. Se trata de un trabajo sobre las penurias por las que un hombre de Sudán tuvo que pasar para llegar a la Península Ibérica. El título hace referencia a Davar, una cabra que la tribu de Jorge tenía como única propiedad. El proceso que siguió desde la conclusión del libro hasta su publicación fue complejo. Rechazado por varias editoriales, Enrique tuvo que pagarse de su bolsillo la impresión y la encuadernación de los ejemplares.
Finalmente, el trabajo salió a la luz en abril del año pasado y el escritor pudo llevarlo a varias librerías de la provincia de Zaragoza, a las que les ofreció dejarles algunos ejemplares para su venta a cambio de que le remitiesen todos los beneficios, que se destinarían a financiar la iniciativa solidaria que a día de hoy está llevando a cabo. La mayoría accedió y otras le pidieron quedarse con el 20% de los 10 euros que vale el libro. Pero Enrique está contento: "Han sido muy amables y solo gracias a los trabajadores de estas tiendas yo puedo hacer los repartos", apunta.
Este hombre, casado y con dos hijos, acude todos los sábados por la tarde a la plaza de San Pablo, desde julio del año pasado donde decenas de niños le esperan para recibir su merienda. Los pequeños ya le conocen y le aguardan con ganas. "A veces hay tantos que no tengo para todos. Y eso que hoy he traído 80 bolsas de comida", señala Enrique.
Además de los emails, este zaragozano reparte semanalmente una serie de octavillas por la ciudad en las que informa de su iniciativa. La intención es que la gente compre su libro y pueda contribuir de alguna forma. "He repartido más de 120.000 papeles. Por eso espero poder recibir alguna ayuda más en las próximas semanas", comenta Enrique.
A la espera de mejorar su situación y con un horizonte más que incierto, iniciativas como las de este escritor solidario se tornan fundamentales para las familias más desfavorecidas de la ciudad.