Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Volcanes en acción

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El volcán islandés Eyjafjalla, en erupción
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EFE

La erupción del volcán islandés Eyjafjalla ha provocado el caos aéreo en Europa, como consecuencia de la presencia en la atmósfera de una gigantesca nube de cenizas, partículas y demás materiales volcánicos peligrosos -a priori- para un avión en vuelo. Somos mucho más vulnerables de lo que pensamos, pues no se trata -ni de lejos- de una gran erupción volcánica.


Si viajáramos poco más de cien años atrás en el tiempo, esta erupción hubiera pasado desapercibida para la mayoría de los europeos (con excepción de los islandeses que vivieran cerca y la tripulación de los barcos que navegaran al sur de Islandia), pero en la sociedad actual, la ‘nube volcánica’ ha acaparado la atención mundial, incidiendo muy negativamente en el transporte aéreo y en nuestra maltrecha economía. Asusta pensar lo que podría ocurrirnos hoy si se produjera una gran erupción como la del Krakatoa (1883) o la del Tambora (1815), que provocaron importantes enfriamientos en el clima a escala global y cambios bruscos en la dinámica atmosférica.


Existen en Islandia volcanes mucho más poderosos -y peligrosos- que el Eyjafjalla, con un largo historial de grandes erupciones, capaces de lanzar muchos más materiales a la atmósfera y a una altura considerablemente mayor. Su erupción pondría a prueba a nuestra sociedad, ya que a los problemas del tráfico aéreo habría que sumar la incidencia en la salud y el cambio climático brusco que a buen seguro provocaría y al que tendríamos que adaptarnos. Aunque no somos capaces aún de predecir con suficiente antelación las erupciones volcánicas, el riesgo no es pequeño. Dos de esos volcanes islandeses de primera división -el Katla y el Hekla- están bastante cerca del Eyjafjalla, conectados con él bajo tierra. Por ahora, solo el Eyjafjalla ha entrado en erupción, pero los otros podrían pronto despertar de su largo letargo.