Por
  • David Serrano-Dolader

Muchitos temitas

Muchitos temitas
Muchitos temitas
Pixabay

Me van a permitir que me dé un homenaje… aunque sin comilona adjunta. Salvo error –que no descarto– u omisión –que no deseo–, esta es mi colaboración número 150 (centésima quincuagésima, que diríamos los lingüistas finolis) en HERALDO. Soy un intruso: reconozco –nadie es perfecto– que no soy periodista. 

Pequeño mérito exculpatorio: suelo impartir en Periodismo la asignatura de ‘Expresión Escrita’ (así, con mayúsculas). Por cierto, puedo asegurarles que, aunque no sé qué les deparará el futuro, mis alumnos cuasi periodistas escriben muy bien. Aprovechando la coyuntura, les dedico esta columna. ¡Va por ustedes!

Empecé mis artículos hablando de política internacional. Puedo prometer y prometo que escribí sobre Suiza, Francia, Israel, Cuba, China, Paraguay, Birmania, Colombia, Rusia, Somalia y decenas de países más. Seguí luego en vía más ancha y agradable: la columna de opinión (así, en general). Me he parado a reflexionar sobre el lenguaje, la educación, la lectura, los bulos, la pandemia, la burocracia y mil cristalitos más de mi particular caleidoscopio. ¿La columna por la que he recibido más críticas?: ‘Carapatera’ (mayo de 2019), en la que censuraba el ambiente de insulto y desprecio hacia rivales y árbitros que se vivía en las gradas de la vetusta Romareda. ¡De todo se aprende, pero me ratifico! Verán ustedes que –sin ser periodista– sé de todo, así que… ¡por lo menos para tertuliano sí que valdría!

Como diría el loco: si encontramos un buen tema, lo convierto en anatema.

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