Por
  • Enrique Abenia

'Dos chicas a la fuga': amigas, sexo y carretera

Margaret Qualley y Geraldine Viswanathan, en 'Dos chicas a la fuga', de Ethan Coen
Margaret Qualley y Geraldine Viswanathan, en 'Dos chicas a la fuga', de Ethan Coen
Universal

Los hermanos Coen formaron un binomio creativo de importancia cinéfila durante tres décadas. Comenzó en 1984 con ‘Sangre fácil’ y abarcó hasta 2018 con el ‘western’ ‘La balada de Buster Scruggs’, su último trabajo compartido, tras el que optaron por tomar caminos distintos. Joel se involucró en una obra de ambición artística como ‘La tragedia de Macbeth’ (2021) y después, en 2022, Ethan debutó en solitario con un documental sobre el músico Jerry Lee Lewis. Siguiendo con su nueva etapa, el pequeño de los Coen plasma en ‘Dos chicas a la fuga’ una comedia de carretera sexualmente desinhibida y desatada con el lesbianismo por bandera. 

Escrita junto a Tricia Cooke, su esposa (también editora y productora), muestra el viaje de dos amigas en un coche en el que desconocen que llevan una preciada mercancía. Aunque de inicio apunta a convertirse en una película menos graciosa de lo que sus implicados consideran, en el proceso, conforme Ethan Coen abraza y encadena lo delirante, se establece la complicidad que aparecía en el horizonte por su tono grueso y de serie B y su decidida intrascendencia.

Como toda ‘road movie’, la historia se apoya en el contraste entre personajes, aquí una joven de espíritu libre, interpretada por Margaret Qualley, y otra seria y siempre tensa (Geraldine Viswanathan). Su trayecto y su relación se complementan con el juego con la clásica subtrama de los criminales en su busca para recuperar lo perdido, la cual activa ecos por el factor Coen.

'dos chicas a la fuga' ***
Dirección:Ethan Coen.
Guión:Ethan Coen y Tricia Cooke.
Intérpretes:Margaret Qualley, Geraldine Viswanathan, Beanie Feldstein, Joey Slotnick, C. J. Wilson, Colman Domingo.

Entre transiciones indicativas de la ligereza del filme, fragmentos alucinados que no acaban de convencer (luego se explican) y algunos diálogos y gags ocurrentes, la mejoría en términos alocados surge una vez se revela lo que hay dentro del maletín por su burdo y arrebatador grado de ridiculez. La hilaridad define las breves colaboraciones de un exagerado Pedro Pascal y, en especial, de Matt Damon, esta última reservada para el final.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión