TEMAS ARAGONESES. OCIO Y CULTURA

Enrique Satué Oliván: “Tengo una visión esperanzada del Pirineo pero los montañeses deben unirse”

El escritor y pedagogo de Sabiñánigo publica en un estuche con dos volúmenes el libro totalizador ‘Carretera y manta’ (Prames).

El viajero mestizo.
El viajero es un hombre mestizo, urbano, universitario, pero también pastor. Sobrepuerto: las ruinas de Ainielle y Escartín sostienen sus raíces. Y a Enrique Satué Oliván, que lleva más de 40 años contando el Pirineo, eso le confiere carácter.
Archivo Satué Oliván/Prames.

Enrique Satué Oliván (Sabiñánigo, 1955) acaba de publicar en Prames el libro ‘Pirineo y manta’, en dos volúmenes, 1040 páginas en total, que van en estuche. El autor de libros como ‘El Pirineo abandonado’, ‘El Pirineo contado’, ‘Cabalero’ o ‘Siente’ intenta resumir “las esencias del patrimonio material e inmaterial del Pirineo, a través de los conocimientos, vivencias e investigaciones”, acumulados a largo de su existencias, y concentrados, por decirlo de algún modo, en 16 días de viajes por el territorio.

¿Contento con ‘Pirineo y manta’?

Mucho. Mucho. Mucho. Ahora, le digo, también lo estoy trabajando porque si no estás en los círculos literarios o de poder, hay que hacer como los pastores: los libros hay que ‘pastorearlos’, moverlos. Primero por agradecimiento a la editorial, por decencia, por respeto a la obra y porque tengo la firmeza de que es un libro muy importante… Y perdón.

¿Perdón por qué?

Perdón por la petulancia, que no es tal.

¿Por qué es importante: porque resume cosas de su vida, de los Pirineos, porque contiene novedades, por qué?

Yo, sinceramente, en último lugar. He sido un testigo privilegiado de la vida en el Pirineo, del cambio social, pero este libro es un servicio público al Pirineo, a la gente que vive en él, a los que llegan y lo quieren entender. Tienen muchas propuestas. Es un trabajo integral.

¿En qué sentido?

Integra conocimientos, investigaciones, vivencias, eso es muy complicado, y todo ello bajo la fórmula viajera.

¿Qué se siente, antes que nada, Enrique Satué Oliván: un viajero, un divulgador, un curioso?

Puff. Un curioso, desde luego, un divulgador, un pedagogo, lo llevo en el ADN, y es que además el Pirineo se ha troceado, se ha contado por partes… Y yo aplico la pedagogía y la hermenéutica, trato de sacar las esencias. Y la pedagogía la llevo dentro. Y hay muchos asuntos, por ejemplo, el fenómeno del Pireneísmo. Fechas, nombres, expediciones, hay que diseccionarlo y hay que explicarlo. Abordo cuestiones que no se han tratado y que a mí me preocupan mucho.

¿Está hablando de…?

Sí, sí, de Lucien Briet, de Schrader, de Raymond de Cabonieres… Se habla mucho pero no se explica el proceso, el origen; el propio Briet requiere otras lecturas. Mire, hay un tema transversal en el libro muy importante: yo antepongo siempre la ciudadanía a la identidad. Me preocupa mucho mucho mucho, y más ahora.

"He sido un testigo privilegiado de la vida en el Pirineo, del cambio social, pero este libro es un servicio público al Pirineo, a la gente que vive en él, a los que llegan y lo quieren entender. Tienen muchas propuestas. Es un trabajo integral"

¿Podría dar un poco más de luz?

Yo amo las raíces, pero para echar ramas. Bueno, pues en el Pirineo ha habido un escenario ya hace años, desde comienzos del siglo XX, donde el supremacismo propio y el que llega de los costados tiene mucha importancia, y por ejemplo nadie ha analizado que el Pirinero es una fábrica generadora de leyendas y de mitos. Bueno, esto tiene un origen ya religioso, pero resulta que los reyes y los que se han creado el currículum en base al Pirineo nos hemos bajado a vivir al llano. Resulta que hay una simetría brutal de la bibliografía pirenaica y la del llano. Hay muchas lecturas que no se han hecho.

1970. El último habitante de Ainielle (José d´O Rufo). La hice con una máquina Werlisa, a exposición (4 segundos). Se movieron él y los gatos. Mariano Lorte, que revelaba mis fotos en Huesca, me dijo: “Hijo has hecho una fotografía maravillosa, con vida”. Sus palabras fueron un regalo para mí.
1970. El último habitante de Ainielle (José d´O Rufo). Dice Enrique Satué: "La hice con una máquina Werlisa, a exposición (4 segundos). Se movieron él y los gatos. Mariano Lorte, que revelaba mis fotos en Huesca, me dijo: 'Hijo has hecho una fotografía maravillosa, con vida'. Sus palabras fueron un regalo para mí". La foto es un regalo para los lectores.
Enrique Satué Oliván.

¿Y entonces qué hace usted?

Aplico pedagogía y la hermenéutica, la capacidad de interpretación. Y espero que esta vez este libro lo lea mucha gente porque entre líneas tiene muchas peladillas.

¿Peladillas?

Sí, sí. Vamos a llamarlo así. Capas. Dicho sea amablemente. Yo todo lo digo amablemente y con buenos modales.

¿Qué más propone? El libro tiene literatura, imagen, investigación, testimonios, capacidad de oír al pueblo…

Hay muchas propuestas. Por ejemplo, rutas literarias. Ya lo ha hecho Felisa Ferraz, la librera del Estudiet de Benasque. Voy a seguir, pero por ejemplo Galdós, que no suene mal, no se ha completado la ruta que hizo por el Altoaragón: si usted sigue sus tres obras, ‘Memorias de un desmemoriado’, ‘Los condenados’ y ‘Los tristes destinos’ son claves para componer la ruta, pero luego, amigo, va a hablar con la gente y aún recuerda cosas por tradición oral y sale la ruta perfecta de Galdós desde que llega a Jaca y llega a Ansó, utilizando también el Pirineo aragonés. Vas a Biniés, hablas con la gente mayor, y el gran nogal a cuya sombra se pararon con la diligencia, es que la gente aún sabe donde estaba aquel nogal. Galdós se pasa y dice que había millones de nueces.

Sigamos con las propuestas.

Edificios públicos maravillosos que están en desuso. Temas a los yo no puedo llegar por investigación y que sugiero a los estudiosos que los aborden. Estoy lanzando propuestas constantemente en el viaje. Tengo un afán vamos a llamarlo regeneracionista, que tenemos todavía muchos enseñantes que nos dedicamos a esto. Y todo, insisto, del modo amable; también hay sonrisas, hay humor. Yo me quedo a dormir en el campin de Anzánigo, que es de moteros, y no veas el juego que da… Tuve mucha suerte en el viaje.

Háblenos de él un poco más específicamente. Recorrió usted los paisajes durante 16 días, ¿no?

A ver: es un viaje real que yo hago de 16 días, en efecto, pero claro a lo largo del viaje me desplazo hacia el pasado, hacia mis vivencias; a veces no me emplazo en los sitios, los veo desde lejos. Bueno, hago muchas estampas literarias fundamentales.

Parece que se moviese usted como un abanico o el oleaje del mar.

Hago muchas estampas históricas fundamentadas. Repito. Por ejemplo: cuando Pío Baroja llega para investigar sobre la insurrección de Jaca, que sale en ‘El cabo de las tormentas’, yo me documento mucho, y lo hago circular por Jaca con sus acompañantes. O con los romanos, cuando están trazando la calzada bajo el puerto del Palo, creo una estampa. O cuando María de Maeztu llega a Jaca, para asistir a la Universidad de verano, y espera debajo del reloj de la estación a su anfitrión Domingo Miral. O también creo una estampa fundamentada entre Domingo Miral y José Ortega y Gasset, cuando en los mismos Cursos de Verano de la Universidad de Jaca van paseando por la calle Mayor de Jaca. Hay ensayo, hay autobiografía, hay literatura. El libro, en dos volúmenes y con estuche, es un compendio, es una síntesis. Y por eso es complejo.

"Les llevé el ‘Pirineo abandonado’, que apareció hace 40 años, sí, precisamente el libro que condujo a nuestro amigo Julio Llamazares a Ainielle. Lo vio en Jaca, le hizo mucha gracia, él venía a situar la novela y no sabía dónde, en qué pueblo. Y el libro también le ayudó"

¿Por qué ha metido los dos volúmenes en una caja? Eso también le da un valor especial…

Primero quiero agradecer a Prames la confianza que siempre ha tenido conmigo. Las fidelidades son de las cosas más importantes en la vida. Y con Rafael Yuste, el editor, hay una sintonía total. Vimos que el libro en un volumen solo iba a ser difícil de manejar. Nos salió por sí solo en los dos volúmenes. Y el estuche le da una fuerza y un simbolismo increíbles y yo estoy contentísimo. No vea usted cómo viste en los escaparates: parecen los Mallos de Riglos. Estoy muy contento. Muy feliz. Y de ahí viene mi compromiso también porque…. A ver cómo se lo digo: me he publicado cuatro libros, hace muchos años, con una inmensa ilusión, y sé lo que complejo que es editar, y todo el proceso, desde la maquetación hasta recuperar el dinero. Es bonito pero complejo, por eso todo mi apoyo y mi reconocimiento.

El 'País de García' del diplomático José Vicente Torrente. "Un libro de cabecera. De algún modo seguí su filosofía en el viaje", confiesa Enrique Satué. La pieza es un juego y una composición suya.
El 'País de García' del diplomático José Vicente Torrente. "Un libro de cabecera. De algún modo seguí su filosofía en el viaje", confiesa Enrique Satué. La pieza es un juego y una composición suya.
Enrique Satué Oliván.

Si no me equivoco, también se celebran 40 años de publicaciones suyas.

El primer libro fue ‘Artesanía del Serrablo’, con Julio Gavín y José Garcés. En la Asociación de Amigos del Serrablo llevo desde los 20 años, y fui 20 años director voluntario y sin nómina al Museo del Serrablo. Y el segundo se lo debo a la DGA, al director general de entonces, Herminio Lafoz, que estaba en cultura, y les llevé el ‘Pirineo abandonado’, que apareció hace 40 años, sí, precisamente el libro que condujo a nuestro amigo Julio Llamazares a Ainielle. Lo vio en Jaca, le hizo mucha gracia, él venía a situar la novela y no sabía dónde, en qué pueblo. Y el libro también le ayudó.

"La fotografía era magia: nos apropiábamos del mundo y además las primeras fotos las hicimos en blanco y negro y aquello era tremendo. Era una cosa maravillosa. Sigo haciéndolo, y en el libro hay blanco y negro porque yo digo que el blanco y negro es el color de la verdad"

Luego vino el ‘Pirineo contado’. De 1995.

Bueno ‘El Pirineo abandonado’, fue la ilusión, la repercusión que tuvo luego Julio, la simbiosis, la amistad que ha habido, el movimiento que ha habido en torno al pueblo de mi madre: hay niñas que se llaman Ainielle, una calle en Huesca que también se llama así. Es un fenómeno cultural. ‘El Pirineo abandonado’ es el primer trabajo de recogida pero vamos tengo unos veinte libros y el más importante de estudio es, sobre la tradición oral, ‘Siente. Testimonios de aquel Pirineo’, que publicó Prames con un CD. También he salido del Pirineo para abordar la historia de la educación en el Sahara, que parece ser que ya no existe. Tengo una tristeza y una perplejidad enorme.

Carta imaginaria de Miguel de Unamuno a Domingo Miral. Se trata de una imagen fundamentada concebida por Enrique Satué.
Carta imaginaria de Miguel de Unamuno a Domingo Miral. Se trata de una imagen fundamentada concebida por Enrique Satué: "El viajero debe idear y jugar", dice..
Enrique Satué Oliván.

Usted es un viajero que lleva sus maletas repletas de información, de sensibilidad, de curiosidad, de memoria y de inquietud con usted. ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención, qué ha cambiado?

Bueno ha cambiado absolutamente todo. El paisaje, lo humano. El hombre tradicional llegó a un clímax de aprovechamiento de la naturaleza máximo, creando una huella antrópica en el paisaje y todo eso se está diluyendo porque falta ganadería, han variado los usos y costumbres, la emigración que ha habido ha sido enorme, la transformación de las montañas, el éxodo de los pueblos deshabitados, pero con todo yo le veo mucho futuro al Pirineo. Mucho. Siempre que se sienten unas bases, unos consensos, para aprovechar el medio y para dotar de servicios a los habitantes que hay y a los que llegan. Yo tengo una visión esperanzada pero los montañeses se han de unir y han de crear luz. Yo tengo una visión mestiza, de ciudad, de universidad y también de carasol. El libro es un compendio en cuanto a contenidos y cosmovisión. Para mí es definitivo y es lo último. Ahora me dedicaré a otras cosas.

También ofrece muchas fotos en el volumen. Fotos comentadas, explicadas, con elementos de ficción...

Cuando salí de viaje me llevé una manta que ha estado siempre por casa, para jugar con ella y para taparme en el saco, porque yo duermo en saco, a la intemperie, para ver las estrellas. Solo en dos sitios he dormido en interiores: en el hostal Aísa en Candanchú y en el cuarto de herramientas en Torla. ¿Las fotos? Para mí generación ha sido una cosa mágica. La fotografía era magia: nos apropiábamos del mundo y además las primeras fotos las hicimos en blanco y negro y aquello era tremendo. Era una cosa maravillosa. Sigo haciéndolo, y en el libro hay blanco y negro porque yo digo que el blanco y negro es el color de la verdad, el que capta las esencias…

El maestro Enrique Muñoz creó la Biblioteca de Boltaña a comienzos de los cincuenta. Su memoria y los primeros libros que compró, Conchita, la actual bibliotecaria, los guarda como un tesoro.
"El maestro Enrique Muñoz creó la Biblioteca de Boltaña a comienzos de los cincuenta. Su memoria y los primeros libros que compró, Conchita, la actual bibliotecaria, los guarda como un tesoro", explica el escritor y antropólogo.
Enrique Satué Oliván.
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