Muere Pilarín Bueno, histórica cantadora de jota

Fue premio Extraordinario en 1964 y ha sido durante décadas una de las figuras más destacadas del folclore aragonés 

Pilarín Bueno, en su domicilio zaragozano en 2011, ante una foto de su época dorada.
Pilarín Bueno, en su domicilio zaragozano en 2011, ante una foto de su época dorada.
José Miguel Marco

La histórica cantadora de jotas Pilarín Bueno falleció esta madrugada en Zaragoza a los 79 años de edad. Pilarín Bueno ha sido durante décadas santo y seña de la jota aragonesa, a la que dedicó su vida como intérprete y maestra. "A mí me enseñaron un camino y es que la jota no hay que gritarla, hay que decirla; hay que trasmitir, expresar con tu cara lo que estás diciendo; hay que llegar al público porque, si no, no sirve de nada, hay que intentar que el público sienta lo mismo que tú", aseguraba en una entrevista a HERALDO en 2011. 

Pilarín Bueno  nació en Pamplona el 16 de julio de 1944. Su padre, militar, estaba destinado allí. A los cuatro años la familia se trasladó a Zaragoza y enseguida Pilarín se inició en la jota. Sus primeras actuaciones ante el público se remontan a 1960, cuando con 16 años empezó a subirse a los escenarios. Ese mismo año, en octubre, ya obtuvo el primer premio otrogado por votación del público en el certamen oficial de jota, convirtiéndose en la intérprete más joven que ganó el galardón. 

Entre sus numerosos premios y distinciones destacan la beca concedida por Radio Zaragoza en 1962, el primer premio en el concurso de jotas navarras que se celebró en el Teatro Gayarre de Pamplona en 1964, El Premio Extraordinario de ese mismo año en el ceramen de las fiestas del Pilar o el primer premio en el certamen de Cenicero, organizado para toda la jota de la ribera del Ebro. También había obtenido el pimer concurso de Alagón, en la modalidad de solos y dúos, el primer premio Demetrio Galán Bergua en 1980 y fue 13 veces campeona de campeones en Navarra. En 1971 recibió la Medalla de Santa Isabel de la DPZ.

Fue fundadora del grupo Alma Jotera y de la Ronda del Gancho. "A mí me ha gustado mucho cantar jotas de amor; y a la Virgen, por supuesto -aseguraba en la misma entrevista-. Yo estoy cantando y tengo su imagen frente a mí, la veo y le pido ayuda. Siempre. También las jotas bravas y valientes".

Símbolo de una jota que quizá ya no vuelva y de un Arrabal en continuo cambio, Pilarín Bueno dejó grabados varios discos en los que queda fe de su forma de entender el canto regional. El velatorio se ha instalado en el Tanatorio Servisa de Zaragoza (Camino de San Antonio, 43, salida 22 de la Z-40). El funeral se celebrará este martes a las 12.45, con una misa aragonesa en la que participarán destacadas figuras del folclore aragonés.

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