Eric 'El Brindador': "Para mí, lo principal de la vida es el amor en todas sus facetas"

El músico afincado en Aragón (Dax, Francia, 1981) presenta el próximo día 8 en la Campana de Zaragoza los temas de su nuevo disco, ‘Sous la noirceur’

Eric Cihigoyenetche, 'El Brindador', el pasado miércoles en Zaragoza.
Eric Cihigoyenetche, 'El Brindador', el pasado miércoles en Zaragoza.
Oliver Duch

Lleva 14 años en Zaragoza, pero viene de las hermosas Landas.

Sí, tanto mi padre como mi madre son vascos, nací y crecí en Dax pero mi padre nació en la misma frontera con Navarra, en el pueblo de Arnéguy, al lado de Roncesvalles. A Zaragoza vine por amor.

Buena razón.

Así es. Pasamos algo más de un año a distancia, yo vivía en Burdeos entonces, pero llegó un momento en el que vi que debía dejar aquello, coger mis maletas y venir aquí.

Más allá de la música, que siempre estuvo en su vida, ¿qué le depararon sus primeros años en Zaragoza?

Trabajé a tiempo parcial en el Colegio Molière, y también daba clases de francés y de refuerzo de modo particular. Llevo en el Instituto Francés de Zaragoza 11 años, en comunicación. También colaboro en la información al público y las inscripciones.

¿Sabía desde pequeño que iba a ser bardo?

Surgió poco a poco. Fui a una escuela de pueblo, con chavales de distintas edades en la misma aula, y cuando tenía siete años había otro chico en clase de mi edad, que también se llamaba Eric; su madre lo inscribió en clases de música y animó a mi madre a que hiciera lo mismo conmigo. Empecé con el solfeo y el saxofón, y seguí hasta los 15 años. Luego dejé la escuela de música, nunca he sido muy partidario de la enseñanza reglada, aunque me encanta aprender e investigar. Mis hermanas mayores oían folk de los 60 y 70, y me enganché así a la música popular.

¿Qué artista inoculó el venenillo musical a su organismo?

Simon & Garfunkel, seguido de Scott McKenzie y The Doors. Mi lucha desde los 15 años fue tener mi guitarra: al final me la compraron y aprendí solo. Empecé a escribir canciones poco después, cuando aún no tocaba mucho. No me gustaban mucho los artistas de mi tierra en aquella la época, con la excepción de Noir Desir. Miraba más bien atrás, a Brassens, Brel o Gainsbourg.

Ser un chaval ‘retro’ en lo musical denota una forma de ver la vida muy particular.

Para mí, lo principal de la vida es el amor en todas sus facetas, es la gran matriz. A la familia más cercana, Luz y nuestro hijo Lou, que empezará en su colegio del Actur en unos días, donde da clase su mamá; a mi familia carnal y amigos que también son familia. También procuro no hacer daño a nadie con mis elecciones de vida. En lo que no sigo la tradición vasca es en lo de cortar troncos, aunque ahora vivo en un pueblo, Villamayor, que me gusta mucho, y sí debo cortar la hierba.

Tras las Fiestas del Pilar presenta nuevo disco, con un adelanto más inmediato.

Será el siguiente fin de semana a las fiestas, aunque tocaré las canciones en mi concierto de la semana próxima, el viernes 8 en La Campana Underground. Empecé a grabarlo en casa y saqué un sonido que me pareció correcto. Mandé las canciones a los músicos que tocan conmigo y decidí hablar con Borja Lasala, de Big City, que tiene su estudio en Mozota, para grabar con él. Añadimos los arreglos en su estudio, grabamos las baterías reales y varias de sus ideas cuajaron muy bien; es un virtuoso tocando varios instrumentos. Lo masterizó Javi Vacuum y el arte de portada es de Gustaff Choos. Estoy contento.

Se va por el lado oscuro, a no ser que el título sea una pista falsa…

Es oscuro, sí, pero hay cierta luz en las canciones. Habla del duelo, por eso debe ser como es; la pérdida de seres queridos, la juventud que queda atrás, las cosas que no hicimos… eso sí, me he planteado como reto ser algo más luminoso en próximos discos. De hecho, ya estoy escribiendo nuevas canciones, algo que no me solía pasar otras veces tan pronto.

No llegó a conocer a Sergio Algora, pero su parcela del universo le ha dado a usted un abrazo coral: vive inmerso en el mundo Algora.

Casi me parece conocerlo a través de las anécdotas que cuentan sus amigos, varios de los cuales también son mis amigos. Enrique Moreno, por ejemplo, con quien he tocado en Underdogs: tiene millones de historias de Sergio. Libi, que toca conmigo, lo mismo; Cristian, Javi Lata… creo que Sergio me hubiera caído muy bien.  

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión