Pepa Zaragoza: “El teatro es mi vocación. Trabajo, más trabajo y respeto por el público”

La actriz aragonesa actúa en la obra ‘Las asambleístas’ junto a Silvia Abril o Pepa Rus, con José Troncoso en la dirección;están del 5 al 9 de julio en el Teatro Romano de Mérida

La actriz aragonesa Pepa Zaragoza actúa entre el 5 y el 9 de julio en el Teatro Romano de Mérida.
La actriz aragonesa Pepa Zaragoza actúa entre el 5 y el 9 de julio en el Teatro Romano de Mérida.
Enrique Cidoncha / El Terrat

La primera pregunta resulta insoslayable. ¿Es verdad que su apellido no es artístico?

Soy de padre malagueño y madre de Pina de Ebro, nací en Zaragoza, mis hermanos también. Sigo yendo cada año al pueblo, y tengo un vínculo grande con Pina. Mi apellido no es artístico: sé que es mucha casualidad ser de aquí y llamarme así, pero no es la única coincidencia, mi padre se llama Miguel y mi madre, Pilar Blasco Miguel. Se conocieron cuando él vino a Zaragoza en los años 60 a trabajar en Agromán.

¿Cuánto lleva en Madrid?

Desde que fui a estudiar a la Resad, aunque por el trabajo de mi padre viajamos mucho, incluso fuera de España: fuimos nómadas. Quizá por eso mi vinculo con Zaragoza y Málaga es tan fuerte. Me gusta ir mucho a los dos sitios. Con Aragón hay mucha conexión en la propia Madrid: Carmen Gutiérrez, Jorge Usón, Carmen Barrantes, Silvia de Pé, Amanda Recacho... me he ido encontrando con mucha gente de la tierra.

El escenario que va a pisar desde el próximo miércoles es muy especial para usted.

Se cierra un ciclo, porque debuté en Mérida en un espectáculo con Denis Rafter: ‘El sueño de una noche de verano’, de Shakespeare, hace ahora 30 años. Entrábamos por las gradas, y recuerdo que ese primer día me quedé muda por la emoción de un lugar que tiene tanta magia. Mi compañera Cecilia Solaguren tuvo que decir mis frases iniciales. ¡No había vuelto desde entonces! Es muy hermoso regresar.

José Troncoso no es aragonés, pero se alía frecuentemente con talento de esta tierra.

¡Es verdad! Yo me he incorporado hace apenas un mes a ‘Las asambleístas’, y es magnífico que haya tenido confianza en mí. Troncoso y yo habíamos trabajado juntos en el Circo Price con ‘Manolita Chen, un cuento chino’, hemos estado dos años de gira. También en el montaje ‘Los columpios’ en el Centro Dramático Nacional esta temporada. Este hombre engancha:cuando pruebas no quieres dejar de trabajar con él. Es puro juego. Además, también es intérprete y quizá eso tiene que ver en su óptica lúdica del trabajo. Viene del ‘clown’, algo que me apasiona;es una manera muy de verdad de estar en el escenario. Más allá de lo cómoda que me hace sentir esa aproximación al trabajo, creo que da mucho juego, y los espectadores disfruta todo el rato por la comunicación que surge entre ellos y quienes estamos en el escenario.

Se trabaja un texto original, aunque parta de un clásico de Aristófanes, y el ‘eterno femenino’ lo ocupa todo.

José suele escribir mucho para sus intérpretes, sobre todo para las mujeres, y eso reivindica nuestro lugar en este universo del patriarcado que intentamos cambiar. Es como plantarte en el centro de la diana, pero para bien;estamos donde queremos. La obra es divertida y, a la vez, reflexiva. Otro detalle que me parece importante:el libreto se sirve de herramientas muy teatrales para expresar, sin ser discursivo. Ya pasó con Manolita Chen: había muchas cosas que decir, pero se abordaron de un modo divertido, generando empatía. Hablábamos antes de Jorge y Carmen, yellos también tienen ese sello. Puro teatro.

¿Cómo llevan Pepa Rus y Silvia Abril la fama que les ha dado la televisión?

Tenía muchas ganas de currar con ellas y conocerlas más... y son eso, compañeras, alegría pura, sin dobleces. Son como parece que son. Llevan la profesionalidad en el ADN, pero con alegría. Cuando trabajas con compañeras que tienen espíritu de equipo es algo maravilloso. Se nota de dónde vienen: en el mundo audiovisual les ha ido bien y lo merecen, pero aquí se centran en ponérselo muy fácil a los demás. Lo mismo pasa con Maribel Salas y Olga Hueso. No es fácil llevar ese peso mediático; Gabriela Flores y yo somos menos conocidas a nivel masivo, pero estoy muy feliz con mis compañeras, son maestras. Es como jugar la Champions.

¿Llegará la obra a Zaragoza?

Ya imaginarás que para mí sería fantástico trabajar en casa. Iremos donde nos quieran, claro. La última vez que actué en Zaragoza fue con Tricicle y ‘La venganza de don Mendo’, estuvo genial. Lo que cuenta esta obra es hermoso. Una espectadora me dijo el otro día que “sigue siendo necesario contar esto, ojalá no lo fuera”, y así es.

Echanove estuvo hace poco actuando en el Principal zaragozano, y le echó muchas flores.

Vaya alegrón me das. El teatro es mi vocación:trabajo, más trabajo y respeto por el público. Admiro mucho a Juan, es una bestia del escenario, le sobra verdad. Creo que coincidimos en el modo en que vemos la profesión: vi ‘Ser o no ser’ y estaba increíble, como Lucía Quintana, Antonio Burgos, Eugenio Villota… son geniales.  

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